Santo Rosario.
Por la
señal...
Monición inicial: Se celebra en este día a San Eugenio
de Mazenod, obispo, que fundó los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, para
evangelizar a los pobres, y durante cerca de 25 años ilustró infatigablemente a
la Iglesia con sus virtudes, su labor, sus sermones y sus escritos. Murió tal
día como hoy del año 1861. Propagador del rezo del rosario, su intención era
contemplar el misterio de Cristo con los ojos de María.
Con sus palabras, meditamos el Rosario
y lo ofrecemos para que también nosotros seamos cooperadores de Cristo
Salvador.
Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“Al profundizar el proceder de Dios
conmigo, había sacado la conclusión de que me pedía grandes cosas; y habiéndome
convencido de antemano de que era un gran pecador, no había podido hacer más
que anonadarme en su presencia, humillarme profundamente y luego decir: “Ecce
adsum”, estimándome muy feliz de que el buen Maestro quisiera así brindarme el
medio de descontar algo mis grandes pecados.”.
2. La flagelación de Jesús atado a la
columna.
“No perdamos jamás de vista que
deseando ser los verdaderos discípulos de Jesucristo, hemos abrazado la cruz
para llevarla cada día y que hemos tenido que renunciar a la estima y al amor
de los hombres.”
3. La coronación de espinas
“Todo el que sufre o necesita de mí,
tiene derecho a mis servicios”
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas
camino del Calvario
“Es por Dios por quien sufrimos, no
nos dejemos abatir: “Sufro estas cosas, pero no me avergüenzo” (ed. 2 Tim.
1,12). El demonio triunfaría de nuestra debilidad, ya que las almas rescatadas
por Nuestro Señor, quedarían abandonadas. Sigamos pues trabajando, como buenos
soldados de Jesucristo.”
5. La crucifixión y muerte del Señor
“Todos nos reunimos en
el nombre del Señor Jesús, con la intención de honrar y adorar al Sacratísimo
Corazón de Jesús, inflamado de amor por nuestras almas. Venimos a expresarle
nuestra gratitud, en especial después de haber dado Su preciosa sangre por
todos. En Su Pasión y Muerte, quiso permanecer con nosotros hasta el fin de los
días en el Sagrado Sacramento y ser el alimento de nuestra vida, nuestro
compañero, nuestro amigo.”