miércoles, 25 de junio de 2025

26 de junio. FIDELIDAD. MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

DÍA VIGÉSIMO SEXTO

La fidelidad del Corazón de Jesús

 

MES DE JUNIO

EN HONOR AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

CON SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

 

OFRECIMIENTO AL PADRE ETERNO.

Oración de Santa Margarita María Alacoque

 

Padre eterno, permitid  que os  ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.

 

Se meditan los textos dispuestos para cada día.

DÍA VIGÉSIMO SEXTO

La fidelidad del Corazón de Jesús

 

MEDITACIÓN

 

Punto Primero. Es la fidelidad en las cosas menudas, y pequeñas, uno de los principales caracteres del amor. En efecto, ser cuidadoso en el cumplimiento de los deberes principales, todos aquellos que deseen verdaderamente salvarse, no es raro, sino ordinario: pero andar con igual esmero y atención en las cosas pequeñas, e insignificantes en la apariencia, eso encierra grande amor, bajo tan pequeño exterior. Y ¡quién mejor, que el divino Corazón de Jesús nos dará admirables y elocuentes lecciones en esta ciencia, tan sencilla y desconocida al mismo tiempo ¡Ah! que si Él rige el mundo todo, con el brazo de su omnipotencia, si gobierna a las naciones, y tiene en sus manos el corazón de los reyes; si dirige el curso y las revoluciones, de los astros; y si mantiene este admirable concierto en el universo, con solo el soplo de su poder; Él que obra maravillas tan grandes en las almas, no por eso deja de ocuparse con igual atención y cuidado aun de las cosas más pequeñas, y del último de los seres de este mundo. Y si su Corazón con solo un latido de su amor, da vida a todos los corazones amantes, sabe atender al suspiro, aun contenido en el pulso de la más pobre de las criaturas. Él acecha con vigilante fidelidad las necesidades, los ruegos y los deseos de sus pobrecitos hermanos; Él recoge con cuidadoso amor la lágrima que brota del corazón arrepentido, y depositándola en el suyo, dale sus propios méritos, que le merecen el perdón, para poder decir al Padre, que le entrega los que le encomendó, sin que por su culpa se haya perdido ninguno ¡Oh fidelidad, del Corazón deifico de Jesús, cuánta es la correspondencia, que pides del corazón de aquellos, por quienes tanto haces! ¡Oh Jesús! ¿cuál ha sido hasta ahora mi fidelidad en mostraros mi amor en las cosas grandes y también pequeña si desde ahora, Corazón amante, seré más vigilante y cuidadoso, para corresponderos agradecido.

Punto Segundo. Si el Corazón deifico es fiel en atender a las almas, hasta en sus menores necesidades, no exige con menos rigor, la correspondencia, que se le debe por tantos títulos. ¡Ah! que si pensásemos; atentamente en las consecuencias, que han de tener nuestras faltas de fidelidad en las cosas pequeñas ¿con qué atención y cuidado no las evitaríamos y Sepámonos aprovechar de las lecciones, que quiere dar para nuestro provecho el divino Corazón de Jesús en este mes consagrado a su culto; y estas lecciones nos las da, por medio de la Beata Margarita María: « Un día, dice, vino a reclamar mis oraciones una religiosa, difunta hacía tiempo, diciéndome: Rogad a Dios por mí, y ofrecedle vuestros sufrimientos en unión con los de Jesucristo , para aliviar los míos. Miradme, echada en este lecho de llamas, donde sufro tormentos intolerables. Y enseñándome, prosigue la Beata, el horrible instrumento de su suplicio, me dijo que era testigo, de su pereza y negligencia, en la observancia de las reglas y por sus infidelidades a Dios. Me desgarran el corazón, añadió, con peines de hierro, por mis pensamientos de murmuración contra la superiora. Mi lengua roída está por gusanos, por mis palabras contra la caridad, y tengo la boca ulcerada por mis faltas de silencio. ¡Ay! ¡si pudiese yo mostrar mis penas a todas las almas religiosas, y manifestar los suplicios que aguardan a los que viven con negligencia en su vocación, cierto que caminarían con mayor ardor en la santa observancia! Hasta aquí la relación de la Beata Margarita María ¡Seguiremos después de estas palabras, teniendo por pequeñas cosas, que merecen castigos tan terribles! Seguiremos contristando al divino Corazón de Jesús con nuestras resistencias e infidelidades ¡Hasta cuándo, Jesús, hasta cuándo estaréis llamando a nuestros corazones! Basta ya, Corazón amante, de resistencia; quiero seros fiel y constante hasta la muerte.

 

 Jaculatoria. ¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús, no uséis conmigo de justicia, sino de misericordia!

 

Oración al Corazón de Jesús por toda clase de necesidades

Hacedme sentir vuestro poder, ¡oh amable Corazón de Jesús! y a todos los corazones capaces de amaros; a mis parientes, amigos y a cuantos se han encomendado a mis oraciones o piden por mí, y a cuantos tengo obligación de pedir. Asistidlos, os suplico, según sus necesidades ¡Oh Corazón lleno de caridad, ablandad los corazones endurecidos, y aliviad a las almas del purgatorio! Sed el asilo seguro de los que están en la agonía; y el consuelo de todos los afligidos y necesitados. En fin, ¡oh Corazón de amor, sed mi todo en todas las cosas; pero, sobre todo, en la hora de la muerte, sed el seguro refugio de mi alma angustiada. En aquel momento, recibidla en el seno de vuestra misericordia. Así sea.

 

 

PARA FINALIZAR

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.