martes, 10 de junio de 2025

11. CRISOL DEL ALMA. MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

DÍA UNDÉCIMO

El Corazón de Jesús: crisol del alma

 

MES DE JUNIO

EN HONOR AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

CON SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

 

OFRECIMIENTO AL PADRE ETERNO.

Oración de Santa Margarita María Alacoque

 

Padre eterno, permitid  que os  ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.

 

Se meditan los textos dispuestos para cada día.

DÍA UNDÉCIMO

El Corazón de Jesús: crisol del alma

 

MEDITACIÓN

Punto Primero. Si el Corazón deifico de Jesús es el manantial del amor, como consecuencia se deduce, que si nada hay que desapropie tanto de sí mismo, como el amor, este divino Corazón, que es su fuente inagotable, necesariamente ha de ser el crisol como propiedad del alma que le ama, donde ella se purifique, y en cuya posesión sea feliz y dichosa. En efecto, Corazón divino, ¿qué es amaros sino desamarnos a nosotros? ¿y qué es amaros, sino ser todo vuestro amor como posesión nuestra? ¿y no es cierto que ese desamor encierra en sí mismo para con nosotros un no sé qué, de santo odio, que sólo se satisface con dolor y no es cierto también, que nada purifica, ni levanta el alma a regiones superiores, como ese mismo dolor? ¡Ay Corazón amante! nunca se repetirá bastante, que el dolor y el amor, mezquino y pobre de la criatura, posesionado del dolor y del amor de vuestro propio ser, transforma de tal suerte el corazón de esa mísera criatura, que perdida su voluntad, en la vuestra, siempre a impulso del amor, y anonadado su entendimiento en el piélago inmenso de vuestra sabiduría, y abismada su nada en ese todo, hasta el punto de que si la nada, en esa misma pérdida pudiera ser algo , hasta ese algo desaparecería, pueda exclamar con el Apóstol: «Vivo yo, más no yo, Jesucristo vive en mi».

Punto Segundo. El deifico Corazón de Jesús, nos manifiesta lo dicho en el punto anterior, por estas palabras dirigidas a la Beata Margarita María, en cuya persona, sin duda, las dirigió también a cuantas almas se quieran entregar de veras a su amor.

«Este es, le dijo mostrándole su Corazón deifico como una hoguera de caridad, este es el divino purgatorio de mi amor, donde has de purificarte en el camino de esta vía purgativa; después encontrarás en él una morada de luz y por último de unión y de trasformación» ¡Oh Corazón divino, abrasadme en vuestras llamas! ¡Purificadme en vuestros ardores! ¡Trasformad mi corazón en vuestro amor! Desaparezca esta nada y no quiera preferir ser algo en la nada, que ser nada en el todo. Exclame yo con vuestra amante Margarita María: «Después que haya desaparecido nuestro corazón de tierra, en las llamas del puro amor, coloquemos el suyo en el lugar de los nuestros. Que Él sólo viva y obre en nosotros y por nosotros, que nuestra voluntad anonadada deje obrar a la suya sin resistencia, que sus afectos sus pensamientos, sus deseos ocupen por completo el lugar de los nuestros y, sobre todo, que su amor se ame a sí mismo, en nosotros y por nosotros. Así sea, Corazón divino, y ojalá nunca os disputemos, lo que por tantos títulos os pertenece.

 

Jaculatoria. ¡Oh Dios mío, si tuviera mil corazones, mil amores, y mil vidas, os las sacrificaría todas sin reserva!

 

Súplica al Sagrado Corazón de Jesús

Colocadme, oh mi dulce Salvador, en vuestro sagrado costado y en vuestro adorable Corazón, en ese horno ardiente del puro amor y así estaré seguro. Espero me lo concederéis, Jesús mío y mi sumo bien.

Elijo vuestro Corazón por estancia, para que sea mi fuerza en el combate, el sostén en mi flaqueza, mi guía y luz en las tinieblas, en fin el reparador de todos mis defectos, el santificador de mis intenciones y acciones, que uno a las vuestras, para ofrecéroslas y para que me sirvan de una continua preparación para recibiros. Así sea.

 

PARA FINALIZAR

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.