sábado, 6 de agosto de 2016

LOS CONFIRMÓ CON LA VISTA DE COSAS MEJORES. San Juan Crisóstomo



Homilía de maitines
6 de agosto
LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR
Forma Extraordinaria del Rito Romano

HOMILIA DE SAN JUAN CRISÓSTOMO
Homilía 57, sobre San Mateo
Había el Señor hablado mucho de peligros a sus discípulos, como también de su pasión y muerte; le había hablado asimismo del martirio que ellos sufrirían y prescrito muchas cosas austeras y difíciles. Y todas esas cosas adversas debían ocurrir en la vida presente y en tiempo muy próximo, al paso que las cosas venturosas, a saber, que perdiendo la vida salvarían sus almas, y que vendría Él mismo en la gloria del Padre para adjudicarles las recompensas merecidas, solo se las mostraba como objetos de su esperanza y de su expectación. Deseando, pues, robustecer su certidumbre por medio de la visión y mostrarles que será la gloria con que ha de venir un día, les muestra esta gloria en la medida en que eran capaces de contemplarla en este mundo, proponiéndose, además, con ello, impedirles a todos, pero especialmente a Pedro, el entristecerse demasiado por la propia muerte y la de su Maestro.

Y ved como procede nuestro Señor hablando a los suyos del reino y de la gehena. Con estas palabras: “El que hallare su alma la perderá, y el que la perdiere por mi causa la hallara”; y con estas otras: “Dara a cada uno según sus obras”, pues se refiere a ambas cosas. Después de haber hablado, pues, de una y otra, permite fijar la mirada en el reino, pero no hace lo mismo con la gehena, porque esto último que habría podido ser necesario tratándose de hombres muy groseros e ignorantes, no lo era tratándose de los Apóstoles, hombres virtuosos y perspicaces a quienes bastaba confirmar con la vista de cosas mejores. Convenía también mucho más al mismo Señor. No prescindió del todo, sin embargo, del otro medio, y algunas veces pone ante los ojos, por decirlo así, el horrible cuadro de la gehena, como, por ejemplo, al explicar la historia de Lázaro y al hablar del acreedor que reclama cien denarios.
Transcripto por Dña. Ana María Catalina Galvez