Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Meditamos el rosario de hoy con san Alfonso María de Ligorio, obispo y
doctor de la Iglesia, que insigne por el celo de las almas, por sus escritos,
por su palabra y ejemplo, trabajó infatigablemente predicando y escribiendo
libros, en especial sobre teología moral, en la que es considerado maestro,
para fomentar la vida cristiana en el pueblo. Entre grandes dificultades fundó
la Congregación del Santísimo Redentor, para evangelizar a la gente iletrada.
Elegido obispo de santa Águeda de los Godos, se entregó de modo excepcional a
esta misión, que dejaría quince años después, aquejado de graves enfermedades,
y pasó el resto de su vida en Nocera de’Pagani, en la Campania, aceptando grandes trabajos y dificultades (1787).
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas
purísimas de la Virgen María.
“"No
temas, María, porque has hallado la gracia" (Lc 1,30). Pero si María nunca
estuvo privada de la gracia, ¿cómo dice el ángel que la encontró? Se dice de
una cosa que se ha encontrado cuando antes no se tenía. La Virgen estuvo
siempre con Dios y llena de gracia, como el mismo ángel se lo manifestó al
saludarla: "Alégrate, María, llena de gracia; el Señor está contigo".
Si, pues, María no encontró la gracia para ella porque siempre la tuvo
completa, ¿para quién la encontró? Y responde el cardenal Hugo: "La
encontró para los pecadores que la habían perdido. Corran por tanto -dice el
devoto escritor-, corran los pecadores que habían perdido la gracia, a la
Virgen y encontrarán la gracia junto a ella. Digan sin miedo: devuélvenos la
gracia que has encontrado". Corran los pecadores que han perdido la gracia
a María, que en ella la encontrarán; y díganle: Señora, la cosa ha de
restituirse a quien la ha perdido; la gracia que has encontrado no es tuya
porque tú nunca la has perdido; es nuestra porque nosotros la habíamos perdido;
por eso nos la debes devolver.”
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa
Isabel.
“Cuando
María fue a visitar a santa Isabel y a colmar de gracias a toda aquella familia
no anduvo con demoras, sino que, como dice el Evangelio: "Se levantó María
y se marchó con prontitud a la montaña" (Lc 1,39). Lo cual no se dice que
hiciera a la vuelta. Por eso también se lee que las manos de María son como
torneadas, porque, como dice Ricardo de San Lorenzo, así como labrar a torno es
la manera más fácil y rápida, así María está más pronta que los demás santos a ayudar
a sus devotos. Ella tiene supremos deseos de consolar a todos, y en cuanto se
siente invocada, al instante, con sumo placer, acepta las plegarias y socorre
al instante. Con razón, san Buenaventura llamaba a María "salvación de los
que la invocan", queriendo decir que para salvarse basta invocar a esta
Madre de Dios.”
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“La
Virgen tuvo más fe que todos los hombres y todos los ángeles juntos. Veía a su
hijo en el establo de Belén y lo creía creador del mundo. Lo veía huyendo de
Herodes y no dejaba de creer que era el rey de reyes; lo vio nacer y lo creyó
eterno; lo vio pobre, necesitado de alimentos, y lo creyó señor del universo.
Puesto sobre el heno, lo creyó omnipotente. Observó que no hablaba y creyó que
era la sabiduría infinita; lo sentía llorar y creía que era el gozo del
paraíso.”
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del
Niño Jesús en el templo
"El
anciano Simeón le anunció que un día su bendita alma se vería traspasada de una
espada muy dolorosa. "Y tu misma alma será traspasada por una espada de
dolor" (Lc 2,35). Esa espada fue la lanza que traspasó el costado de
Cristo, que era el alma de María. En aquella ocasión, con sus dolores, nos dio
a luz para la vida eterna, por lo que todos podemos llamarnos hijos de los
dolores de María. Nuestra madre amorosísima estuvo siempre y del todo unida a
la voluntad de Dios, por lo que -dice san Buenaventura- viendo ella el amor del
eterno Padre hacia los hombres que aceptó la muerte de su Hijo por nuestra
salvación, y el amor del Hijo al querer morir por nosotros, para identificarse
con este amor excesivo del Padre y del Hijo hacia los hombres, ella también,
con todo su corazón, ofreció y consintió que su Hijo muriera para que todos nos
salváramos."
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
“Busquemos
la gracia, pero busquémosla por medio de María". Si hemos tenido la
desgracia de perder la amistad de Dios, esforcémonos por recobrarla, pero por
medio de María, porque si la hemos perdido ella la ha encontrado; que por ello
la llama el santo "la que halló la gracia.”