martes, 30 de agosto de 2016

EL ROSARIO DE HOY CON SANTA ROSA DE LIMA



Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial:  Santa Rosa de Lima nació en Lima (Perú) el año 1586; cuando vivía en su casa, se dedicó ya a una vida de piedad y de virtud, y, cuando vistió el hábito de la tercera Orden de santo Domingo, hizo grandes progresos en el camino de la penitencia y de la contemplación mística. Murió el día 24 de agosto del año 1617.
Su confianza en la Virgen María era muy grande y gustaba de tejerle espiritualmente vestidos a Nuestra Señora con las muchísimas oraciones que recitaba en su honor. Tan convencida estaba de la intercesión poderosa de la Reina del Cielo que ante el ataque de los piratas a su ciudad decía a su madre: “No se ría, madre mía, vuestra merced verá cómo con este rosario de la  Madre de Dios, los tengo que rendir a todos.” Con sus palabras, meditamos el rosario de hoy.
Señor mío Jesucristo... 
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor".”.
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“Aquí pondré mi cuerpo para que lo hagan pedazos y se detengan en hacer las injurias que temo han de hacer después a mi dulce Jesús.”
3. La coronación de espinas
“Oíd pueblos, oíd, todo género de gentes: de parte de Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones; hay necesidad de trabajos y más trabajos, para conseguir la participación íntima de la divina naturaleza, la gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma.”
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“El divino Salvador, con inmensa majestad, dijo: «Que todos sepan que la tribulación va seguida de la gracia; que todos se convenzan que sin el peso de la aflicción no se puede llegar a la cima de la gracia; que todos comprendan que la medida de los carismas aumenta en proporción con el incremento de las fatigas.  Guárdense los hombres de pecar y de equivocarse: ésta es la única escala del paraíso, y sin la cruz no se encuentra el camino de subir al cielo.”
5. La crucifixión y muerte del Señor
“¡Oh, si conociesen los mortales qué gran cosa es la gracia, qué hermosa, qué noble, qué preciosa, cuántas riquezas esconde en sí, cuántos tesoros, cuántos júbilos y delicias! Sin duda emplearían toda su diligencia, afanes y desvelos en buscar penas y aflicciones; andarían todos por el mundo en busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de aventuras, por conseguir el tesoro último de la constancia en el sufrimiento. Nadie se quejaría de la cruz ni de los trabajos que le caen en suerte, si conocieran las balanzas donde se pesan para repartirlos entre los hombres.”