Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Se hace hoy memoria de San Cayetano de Thiene, presbítero, que en Nápoles, en la región de la
Campania, se entregó piadosamente a obras de caridad, especialmente a favor de
los aquejados de enfermedades incurables, promovió cofradías para formar
religiosamente a los laicos e instituyó los Clérigos Regulares, para la reforma
de la Iglesia, enseñando a sus discípulos a seguir la primitiva manera de vida
apostólica (1547). Con alguno de sus pensamientos meditamos el rosario de hoy.
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La
Resurrección del Señor.
“El
que nos tiene en prisión ha de librarnos un día. ¡Cómo nos ama este Señor! Por
nuestro amor y por nuestra eterna salud, murió, resucitó, y ahora reina en los
cielos. Lloremos, enhorabuena. Pero no perdamos de vista la consoladora
promesa: Vuestro llanto se convertirá en gozo. Dolámonos por los pobrecitos
que, sin darse cuenta de que este mundo no es sino una prisión, se entregan a
sus locos placeres, como si fuese la patria.”
2.- La
Ascensión del Señor
“El
mundo no tiene más que un ojo, con el cual juzga de las cosas según le agradan
o no. Mas, después que al Espíritu Santo plugo unirnos a vosotros con el lazo
de su santo amor, que no serán parte a quebrar las distancias ni la muerte,
dóciles a su voluntad, aceptamos el sacrificio que supone para unos y otros el
separarnos corporalmente, imitando, aunque miembros indignos, a nuestra cabeza,
Cristo benditísimo, quien, al separarse de los suyos, lo hacía con la promesa
de que la tristeza de sus amigos se convertiría en gozo. Lo mismo esperamos
nosotros que nos concederá a unos y otros este benignísimo Señor. Sólo resta
suplicar a su infinita bondad que, si ha de ser para gloria suya, nos conceda
ver realizada la segunda de sus promesas en esta vida mortal para mayor
incremento de nuestro gozo sempiterno: iterum videbo vos, et gaudebit cor vestrum
–volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón-.”
3.- La Venida
del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“La
verdadera e inestimable alegría del hombre espiritual consiste en la voluntad de
asemejarse interna y externamente a Jesús, sin aspirar a otra recompensa, de
acuerdo con lo de San Pablo : Pronto estoy no sólo a ser atado sino a morir por
el nombre de
Jesús
(Act 21, 13). De igual modo, la puerta de toda perfección, así como su
fundamento, radican en tenerse por indignos de los divinos beneficios, no menos
que en la conciencia de que todo el bien que hacemos no tiene su razón de ser
en nosotros sino en la sola bondad de
Dios.”
4.- La
Asunción de María Santísima a los Cielos
“Alegraos,
madre, porque vuestra Señora va a subir a los cielos a prepararos una morada,
donde reinar eternamente con Cristo, vuestro Esposo.”
5.- La
Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.
“Hija
mía, el bien que deseo para mí lo pido también para ti; más para conseguirlo no
hay otro camino que rogar con frecuencia a la Virgen María, para que te visite
con su excelso Hijo; más aún, que te atrevas a pedirle que te dé a su Hijo, que
es el verdadero alimento del alma en el santísimo sacramento del altar. Ella te
lo dará de buena gana, y él vendrá a ti; de más buena gana aún, para
fortalecerte, a fin de que puedas caminar segura por esta oscura selva, en la
que hay muchos enemigos que nos acechan, pero que se mantienen a distancia si
nos ven protegidos con semejante ayuda.”