MARTES DE LA OCTAVA DE PENTECOSTÉS
COMENTARIO AL EVANGELIO
DE LA CATENA AUREA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO
Juan 10, 01-06 "En verdad, en verdad os digo: que el
que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, mas sube por otra
parte, aquél es ladrón y salteador. Mas el que entra por la puerta, pastor es
de las ovejas. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz, y a las ovejas
propias llama por su nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera sus ovejas, va
delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño
no le siguen, antes huyen de él, porque no conocen la voz de los
extraños". Este proverbio les dijo Jesús. Mas ellos no entendieron lo que
les decía. (vv. 1-6)
Crisóstomo, in Joanem hom 58
Como el
Señor había sostenido una disputa sobre la ceguedad de los judíos, a fin de que
ellos no dijesen: no es por nuestra ceguedad por lo que no nos acercamos a ti,
sino que nos apartamos como huyendo del error, quiere probar que El no es un
impostor, sino que es el verdadero pastor, fijando las señales que distinguen
al ladrón del pastor. Y en primer lugar enseña quién es el impostor y el
ladrón, diciendo: "En verdad, en verdad os digo: que el que no entra por
la puerta en el aprisco de las ovejas, mas sube por otra parte, aquel es ladrón
y salteador". El se refiere de una manera tácita a todos aquellos que
vinieron antes que El y a los que vendrían después, al anticristo y a los
falsos cristos. Llama puerta a las Escrituras, porque éstas enseñan el
conocimiento de Dios; ellas son las que guardan las ovejas y no dejan que se
acerquen los lobos, cerrando la entrada a los herejes. Así, pues, el que no usa
de las Escrituras, sino que sube por otra parte, esto es, adopta otra vía
distinta y no legítima, éste es un ladrón. Dice sube y no dice entra, a la
manera del ladrón que trata de escalar el muro y hace todas las cosas rodeado
de peligros. Dice por otra parte designando de una manera tácita a los
escribas, que enseñaban las máximas y las doctrinas humanas, y al mismo tiempo
violaban la Ley. No debe extrañarnos que El se llame a sí mismo puerta, porque
se presenta a sí mismo también como pastor y como rebaño. El se llama puerta
por ser el que nos conduce al Padre, y se llama pastor por ser el que nos guía.
San Agustín, in Joanem tract 45
O de otro
modo: Hay muchos que por la manera ordinaria que tienen de obrar se llaman
hombres buenos, que al parecer observan lo que en la Ley se manda; sin embargo,
no son cristianos y las más de las veces se jactan como los fariseos:
"Pues qué, ¿nosotros somos también ciegos?" ( Jn 9,40). Como que
ignorando a qué fin dirigir sus acciones, obran inútilmente; pero el Señor,
bajo la figura de rebaño y de puerta por la que se entra al redil, les dice:
"En verdad, en verdad os digo: que el que no entra por la puerta",
etc. Digan en hora buena los paganos, digan los judíos o los herejes, nuestra
vida es buena; si no entran por la puerta ¿de qué les sirve? La buena vida debe
proporcionar a cada uno la vida eterna, y no puede decirse que viven bien los
que ignoran por ceguedad el fin del bien vivir, o por orgullo lo menosprecian.
Nadie puede tener esperanza de vivir siempre, si no conoce la vida (que es
Cristo) y entra por esta puerta en el redil. Todo aquel que quiere entrar en el
redil, entre por la puerta; y no solamente predique a Cristo, sino busque su
gloria y no la gloria propia. Pero Cristo es una puerta humilde; el que entra
por esta puerta debe bajar su cabeza para que pueda entrar con ella sana. Mas
aquel que no se humilla sino que se ensalza, ése quiere escalar el muro; por
tanto, se eleva para caer. Muchas veces tales hombres pretenden persuadir a los
demás a que vivan bien sin ser cristianos; éstos quieren subir por otra parte,
robar y matar. Son, pues, ladrones, porque se apropian lo ajeno; son
salteadores, porque matan lo que roban.
Crisóstomo, ut supra
Has visto
cómo describe al ladrón; mira ahora la definición del pastor: "Mas el que
entra por la puerta, pastor es de las ovejas".
San Agustín, De verb Dom. Serm 49
Entra por la puerta el que entra por Cristo, el que imita la pasión de Cristo, el que conoce la humildad de Cristo, que siendo Dios se ha hecho hombre por nosotros. Conozca el hombre que no es Dios, sino hombre, porque el que quiere parecer Dios siendo hombre, no imita a Aquel que siendo Dios se hizo hombre. Porque no se te ha dicho: seas algo menos de lo que eres; sino, reconoce lo que eres.
"A éste
abre el portero".
Crisóstomo, ut supra
Nada impide
llamar portero a Moisés, porque a él fue confiado el depósito de las palabras
de Dios.
Teófilacto
O bien el
Espíritu Santo es el portero que, abriéndonos las Sagradas Escrituras, nos
muestra a Cristo.
San Agustín, in Joanem tract 46
O de otra
manera: Por este portero debemos entender al mismo Señor. En las cosas humanas
hay más diferencia entre un pastor y una puerta, que entre un portero y una
puerta, y sin embargo, el Señor se llama a sí mismo pastor y puerta. ¿Por qué
no hemos de ver en El al portero? El que se manifiesta a sí mismo, es el mismo
que se abre. Si buscas que otro sea el portero, puedes reconocer, sin duda,
bajo este nombre al Espíritu Santo, de quien el Señor dice: "El mismo os
enseñará toda la verdad" ( Jn 16,13). La puerta es Cristo, que es la
verdad. ¿Quién abre la puerta sino el que enseña la verdad? Debemos cuidar, sin
embargo, de no estimar más al portero que a la puerta, porque en las casas de
los hombres el portero es más que la puerta, y no la puerta más que el portero.
Crisóstomo, ut supra
Como que ellos le habían tenido por un impostor y se empeñaban en probarlo por su misma infidelidad diciendo ( Jn 7,48): "Quién de los príncipes creyó en El", enseña ahora que, puesto que no le escuchan, son excluidos de la condición de ovejas: "Las ovejas oyen su voz". Y si es propio del pastor entrar por la puerta verdadera, por la que El mismo entró, síguese que se separan del rebaño las ovejas que no oyen su voz.
"Y a
las ovejas propias llama por su nombre".
San Agustín, in Joanem tract 45
Porque El
conoce el nombre de los predestinados. Por eso ha dicho a sus discípulos ( Lc
10,20): "Alegraos, porque vuestros nombres están escritos en el
cielo". "Y las saca".
Crisóstomo, in Joanem hom 58
Sacaba a sus
ovejas cuando las enviaba, no ya lejos de los lobos, sino en medio de ellos.
Estas palabras parece que se dirigen al ciego de una manera indirecta, porque
le sacó llamándole de en medio de los judíos.
San Agustín, ut supra
¿Y quién es
el que saca las ovejas sino Aquel que perdona los pecados, para que
desembarazados de sus duras cadenas puedan seguirle? "Y cuando ha sacado
fuera sus ovejas, va delante de ellas".
Glosa
En verdad,
las saca de las tinieblas de la ignorancia a la luz, cuando va delante de ellas
como en columna de nube y de fuego.
Crisóstomo, ut supra
Los pastores
hacen lo contrario, siguiendo ellos mismos a las ovejas; mas El dice de sí
mismo lo contrario, conduciendo las ovejas a la verdad.
San Agustín, ut supra
¿Y quién es el que va delante de las ovejas sino Aquel que resucitando de entre los muertos no muere ya más ( Rom 6,9), y dijo al Padre ( Jn 17,24): "Quiero que aquellos que tú me diste estén conmigo en donde yo estoy".
"Y las
ovejas le siguen, porque ellas conocen su voz. Mas al extraño no le
siguen", etc.
Crisóstomo, ut supra
Llama
extraños a Judas y a Teudas 1
y a los demás falsos apóstoles que debían venir después de ellos. Para no confundirse
con ellos, se distingue en muchas cosas. En primer lugar por la doctrina de las
Sagradas Escrituras, por las cuales Cristo atraía a sí a los hombres, mientras
que ellos separaban a los hombres de esas mismas Escrituras. En segundo lugar,
por la obediencia de las ovejas, pues los hombres creyeron en El no sólo
durante su vida, mas a ellos los abandonaron inmediatamente
Teófilacto
Significa
también el anticristo, que después de haber engañado un tanto a los hombres, no
hará prosélitos después de su muerte.
San Agustín, ut supra
¿Pero cómo
resolver esta cuestión? Algunas veces las que no son ovejas oyen la voz del
pastor; tal aconteció a Judas, que aunque era lobo, oyó esta voz, y las ovejas
no la oyen; porque algunos de los que crucificaron a Cristo eran ovejas, y sin
embargo, no oyeron su voz. Podrá decir alguno que aquellas no eran ovejas
cuando no oían su voz; mas una vez que fue oída esta voz, fueron cambiados, de
lobos que eran, en ovejas. Aún me asusta lo que el Señor, por boca de Ezequiel,
reprende a los pastores, diciéndoles, entre otras cosas, acerca de las ovejas (
Jn 34,6): "No llamaste a la que andaba errante". El le dice errante y
la llama oveja; no andaría errante, si oyera la voz del pastor; por eso anda
errante, porque oyó la voz del extraño. He aquí lo que yo digo: el Señor conoce
los que son suyos, por presciencia ( 2Tim 2,19); conoce a los predestinados;
éstos son las ovejas. Algunas veces no se conocen ellas mismas, pero el pastor
las conoce; porque hay muchas ovejas fuera del redil, y muchos lobos están
dentro. De los predestinados es de quien habla. Hay una cierta voz de pastor
que las ovejas reconocen; no la del extraño; y en la que las que no son ovejas
no oyen a Cristo. ¿Qué voz es ésta? "El que perseverare hasta el fin, éste
será salvo" ( Mt 10,22). Esta voz no la desprecia el hijo; no la oye el
extraño. "Este proverbio les dijo Jesús. Mas ellos no entendieron lo que
les decía", porque el Señor apacienta con palabras claras y ejercita con
palabras oscuras. Cuando dos oyen las palabras del Evangelio, el uno piadoso y
el otro impío, y lo que oyen es de tal naturaleza que ambos no lo entienden, el
uno exclama: es verdad lo que dijo, es bueno lo que dijo, pero nosotros no lo
entendemos. Este ya llama, porque cree; es digno de que se le abra si insiste
en llamar. El otro dice: nada dijo; que oiga aun esta palabra: "Si no
creyereis, no entenderéis" ( Is 7,9).
Notas
1. Entre los falsos mesías, a que hace referencia Gamaliel en su discurso de Hech 5,36-37, están, Judas el Galileo, hijo de Ezquías, quien se sublevó hacia el 6 a.C.; y un tal Teudas, sobre cuya identidad hay cierta incertidumbre.
07-10 Y Jesús les dijo otra vez:
"En verdad, en verdad os digo que yo soy la puerta de las ovejas. Todos
cuantos vinieron, ladrones son y salteadores, y no los oyeron las ovejas. Yo
soy la puerta: quien por mí entrare será salvo, y entrará, y saldrá, y hallará
pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y para matar y para destruir. Yo he
venido para que tengan vida y para que la tengan en más abundancia". (vv.
7-10)
Crisóstomo, in Joanem hom 58
Queriendo el
Señor que se fijaran más los judíos, les explica lo que más arriba les había
dicho: "Y Jesús les dijo otra vez: En verdad, en verdad os digo que yo soy
la puerta de las ovejas".
San Agustín, in Joanem tract 45
He aquí que abre lo que estaba cerrado. El es la puerta; entremos, pues, y nos alegraremos de haber entrado.
"Todos
cuantos vinieron, ladrones son y salteadores".
Crisóstomo, ut supra
No dijo esto
de los Profetas, como pretenden los herejes, sino de los sediciosos. Por lo
cual añade, alabando a las ovejas: "Pero no los oyeron las ovejas".
En ningún lugar se observa que haya hecho elogios de aquellos que no
obedecieron a los Profetas; antes, por el contrario, los vitupera severamente.
San Agustín, ut supra
Entiéndase en este sentido: Todos los que vinieron sin mí; porque no vinieron sin El los Profetas, porque vinieron con El los que vinieron con la palabra de Dios, y los que vinieron con El fueron veraces, porque El es la palabra y la verdad. El que había de venir enviaba sus heraldos, poseyendo los corazones de aquellos que enviaba. El que existe siempre, tomó carne en el tiempo. ¿Qué quiere decir siempre ? "En el principio era el Verbo" ( Jn 1,1). Los justos precedieron su venida en carne; creyeron que había de venir del mismo modo que nosotros creemos que vino. Los tiempos son diversos, no la fe; la misma fe une a los unos y a los otros, a aquellos que creyeron que vendría, y a los que creen que vino. Luego todos los que vinieron sin El fueron ladrones y salteadores; esto es, vinieron para robar y para matar. "Pero no los oyeron las ovejas", esto es, aquellos de quienes se ha dicho ( 2Tim 2,19): "El Señor conoce los que son de El". Las ovejas no oyeron a aquellos en quienes no estaba la voz de Cristo; a los que andan errando, a los mentirosos, a los seductores de infelices.
Por qué se
llama a sí mismo puerta, lo manifiesta cuando añade: "Yo soy la puerta;
quien por mi entrare será salvo".
Alcuino
Como si
dijera: Las ovejas no les oyen; pero me oyen a mí, porque yo soy la puerta, y
todo hombre verdadero, no hipócrita, que entrare por mí y perseverare, será
salvo.
Teófilacto
El Señor
conduce a las ovejas a los pastos por la puerta; por eso dice: "Y entrará,
y saldrá, y hallará pastos". ¿Cuáles son estos pastos, sino el placer y el
descanso futuro en que el Señor nos introduce?
San Agustín, ut supra
Pero ¿qué
quiere decir "Entrará y saldrá"? Entrar en la Iglesia por la puerta
misma es muy bueno; pero salir de la Iglesia, no lo es. Podemos, pues, decir
que nosotros entramos cuando pensamos interiormente alguna cosa, y que salimos
cuando hacemos alguna acción exterior, según aquello del Profeta ( Sal 103,23):
"Saldrá el hombre a su obra"
Teófilacto
O bien la
palabra entrar se aplica a aquel que se ocupa del hombre interior, y la palabra
salir a aquel que mortifica en Cristo al hombre exterior, esto es, a sus
miembros, que están sobre la tierra ( Col 3), porque éste es el que encontrará
pastos en la vida futura.
Crisóstomo, ut supra
O bien estas
palabras deben entenderse de los Apóstoles, que entraron y salieron con
intrepidez, como señores de todo el mundo, y nadie pudo arrojarlos, y tuvieron
alimentos.
San Agustín, ut supra
Pero más me
complace el consejo que en cierta manera nos da cuando dice después: "El
ladrón no viene sino para hurtar".
Alcuino
Como si
dijera: Con razón las ovejas no oyen la voz del ladrón, porque el ladrón no
viene sino para hurtar, apropiándose a sí lo que es de otro; no instruyendo a
sus secuaces en los preceptos de Cristo, sino persuadiéndoles a que vivan
siguiendo el ejemplo de ellos. Por eso añade el Evangelista: "Y para
matar" (separando de la fe con doctrina engañosa), "y para
destruir" (en la eterna condenación). Esos son, pues, los que hurtan y
matan. "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en más
abundancia".
San Agustín, ut supra
Me parece
que debe entenderse: para que tengan vida, los que entran, esto es, que reciban
la vida de la fe que obra por la caridad ( Gál 5); fe que abre la puerta del
redil en que está la vida, porque el justo vive de la fe ( Rom 1,17). "Y
para que la tengan en más abundancia" los que salen, esto es, cuando
mueren los verdaderos fieles y tienen una vida más abundante, en donde después
no vuelven a morir. Aunque en esta vida no falten pastos, encontrarán pastos
donde puedan saciarse, como los que encontró aquel a quien se dijo ( Lc 23,43):
"Hoy estarás conmigo en el paraíso".
San Gregorio, Super Ezech. hom 13
Entrará,
pues, en la fe y saldrá a la visión de la naturaleza misma, y encontrará pastos
en la eterna hartura.
Crisóstomo, ut supra
Cuando dice
"El ladrón no viene sino para hurtar, y para matar, y para destruir",
se refiere a los sediciosos, y esto se cumple a la letra en todos aquellos
hombres muertos y perdidos que les seguían, privándolos de este modo de la vida
eterna. "Yo he venido por la salvación de todos, para que tengan vida y
para que la tengan en más abundancia en el reino de los cielos"; y ésta es
la tercera diferencia por la que se distingue de los falsos profetas.
Teófilacto
En sentido místico, el ladrón es el diablo que con la tentación viene para robar por medio de malos pensamientos, mata por el consentimiento y destruye por las obras.