domingo, 29 de mayo de 2022

LA VIDA EN EL CIELO. Santo Tomás de Aquino

 


Domingo después de la Ascensión

LA VIDA EN EL CIELO

Santo Tomás de Aquino

Nuestra morada está en los cielos (Flp 3, 20). El apóstol nos enseña en estas palabras que la vida de los justos está en los cielos; y por eso, si queremos ser semejantes a ellos, no debemos vivir en las miserias de esta vida sino en los cielos. I. Los santos moran en los cielos por tres razones: 1º) Por la seguridad, pues quien vive en el cielo está al abrigo de los peligros de esta miserable vida. 2º) Por la alegría. El que morará en el cielo, tendrá como un continuo gozo y alegría. Ni su conversación tiene amargura, ni tedio su trato, sino alegría y gozo (Sab 8, 16). 3º) Por las cosas transitorias de este mundo. Los santos saben que todo este mundo pasará presto. Vendrá, pues, como ladrón el día del Señor; en el cual pasarán los cielos con grande ímpetu, y los elementos con el calor serán deshechos, y la tierra y todas las obras que hay en ella serán abrasadas. Pues como todas las cosas hayan de ser deshechas, ¿cuáles os conviene ser en santidad de vida y de piedad, esperando y apresurándoos para la venida del día del Señor, en el cual los cielos, ardiendo, serán deshechos, y los elementos se fundirán con el ardor del fuego? Pero esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los que mora la justicia (2 Ped 3, 10-13). II. Los santos viven en el cielo de tres modos: 1º) Por el pensamiento continuo en los bienes del cielo. 2º) Por un deseo ininterrumpido. En la liturgia se dice de estas dos cosas: Este santo, digno de vivir en el recuerdo de los hombres, ha pasado al goce de los ángeles; porque, mientras vivió corporalmente en esta peregrinación de aquí abajo, moró en aquella patria celestial con el pensamiento y el deseo. 3º) Viviendo conforme a las costumbres del cielo. La vida de los santos es semejante a la vida de los Ángeles en tres cosas: en la pureza, en la sencillez sin dolo, en la caridad. Estas tres cosas se dan sobre todo en los Ángeles: la simplicidad en su esencia, la pureza en su naturaleza, la caridad en la gracia. ‘También en estas tres cosas consiste la vida de los santos. (Serm. CXXXVI).