PENSAMIENTO DE SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE
"Cuando te
levantes, entra en el Sagrado Corazón de Jesús y conságrale tu cuerpo, tu alma,
tu corazón y tu ser por completo, para solamente vivir por su amor y
gloria."
MEDITACIÓN:
Después de ponerte en presencia de
Dios y disponerte para la meditación confundiéndote, dando gracias, pidiendo
perdón y las gracias necesarias para sacar el mayor fruto posible;
considera:
1.- Jesús ha dicho: “Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Este mandamiento es el
principal y primero.” Toda nuestra vida debería estar llena y orientada y
consagrada a Dios. Él debe ser el sentido último de nuestra existencia. Al
contemplar el Corazón de Jesús, descubrimos el motivo: su amor y su
misericordia por nosotros no tiene límites. Amor con amor se paga, y así él nos
pide que le amemos. Dios Omnipotente se hace mendigo de nuestro amor y nos
muestra su corazón abierto y coronado de espinas para movernos a compasión.
Cada mañana, cada instante de tu vida, entrégate totalmente a Jesús.
2.- Jesús ha dicho: “Yo soy la puerta de las
ovejas.” La puerta para entrar en el Reino de Dios es la llaga abierta del
costado de Cristo. Puerta segura que nos lleva a Dios. Puerta segura donde
hallamos descanso y cobijo ante la dureza de la vida y las tempestades. Pero
también nosotros estamos llamados a ser puertas para los otros. Con motivo del
Jubileo de la misericordia el Papa Francisco ha recordado que: “Atravesar la
Puerta Santa es signo de una verdadera conversión de nuestro corazón. Cuando
atravesamos aquella Puerta es bueno recordar que debemos tener abierta también
la puerta de nuestro corazón.” “Nuestra puerta, aquella del corazón, esté
siempre abierta para no excluir a nadie.”
Da gracias al Señor por este
momento de meditación y antes de terminar haz algún propósito concreto,
realista y firme para vivir lo meditado.