PENSAMIENTO DE SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE
"¡Cuan
obligados estáis al Sagrado Corazón de nuestro buen Maestro, que tanto os ama!
Amadle a Él en retorno con todo el amor de que sois capaces y tributadle toda
bendición y toda gloria."
MEDITACIÓN:
Después de ponerte en presencia de
Dios y disponerte para la meditación confundiéndote, dando gracias, pidiendo
perdón y las gracias necesarias para sacar el mayor fruto posible;
considera:
1. Jesús ha dicho: "Al César lo
que es del César y a Dios lo que es Dios". Vivimos en el mundo de los
derechos, y nos olvidamos que también tenemos deberes y obligaciones...
Derechos y deberes son dos caras de la misma moneda que no podemos ni debemos
separar... ¿Cómo vivo yo este binomio de derechos y deberes en mi relación con
la Patria, con el prójimo, con la familia, en el trabajo, conmigo mismo, con
Dios? ¿Espero sólo los beneficios? El amor tiene unas obligaciones cuya
práctica a veces brota de forma natural pero en otras ocasiones cuesta
esfuerzo... Piensa en la obligaciones del amor de una madre por sus hijos:
educarlos, tenerles las cosas preparadas, la comida a su hora, recogerlo y
llevarlo, estar pendiente de ello... habrá días que se haga con gusto, con
naturalidad.... otros días tendrá que superar la repugnancia que le provoca...
otros el cansancio... otros la desilusión... y no por ello, deja de hacerlo...
Aplica esto a tus obligaciones... también a tus obligaciones con Dios, nuestro
Señor.
2. Jesús ha dicho: "Hay más
gozo en dar que en recibir". Jesús nos lo ha dado todo, porque nos ha dado
su propia vida. He aquí la prueba mayor de su amor... y en cambio, parece que
estamos insatisfechos porque no nos ha concedido tal o cual gracia o favor...
muchas veces nuestra relación con él se convierte en un "negocio": si
tú me das, yo te doy... Hay que superar ese infantilismo y hemos de amarle con
todo el amor de que somos capaces, tributándole toda bendición y toda
gloria.
Da gracias al Señor por este momento
de meditación y antes de terminar haz algún propósito concreto, realista y
firme para vivir lo meditado.