martes, 29 de diciembre de 2015

CHRISTUS EST PAX NOSTRA. San Juan Pablo II


"Christus est pax nostra", "Cristo es nuestra paz.
Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa
" (Ef 2, 14)..
El divino Niño nacido en Belén
lleva en sus pequeñas manos, como un don,
el secreto de la paz para la humanidad.
¡Él es el Príncipe de la paz!
He aquí el gozoso anuncio que se oyó aquella noche en Belén.
Escuchemos una vez más las palabras del ángel:
"os traigo la buena noticia,
la gran alegría para todo el pueblo:
hoy, en la ciudad de David,
os ha nacido un salvador: el Mesías, el Señor
" (Lc 2, 10-11).
En el día de hoy, la Iglesia se hace eco de los ángeles,
y reitera su extraordinario mensaje,
que sorprendió en primer lugar a los pastores
en las alturas de Belén.
"Christus est pax nostra!"
Cristo, el "niño envuelto en pañales
y acostado en un pesebre
" (Lc 2, 10-12),
Él es precisamente nuestra paz.
Un Niño indefenso, recién nacido en la humildad de una cueva,
devuelve la dignidad a cada vida que nace,
da esperanza a quien yace en la duda y en el desaliento.
Él ha venido para curar a los heridos de la vida
y para dar nuevo sentido incluso a la muerte.
En aquel Niño, dócil y desvalido,
que llora en una gruta fría y destartalada,
Dios ha destruido el pecado
y ha puesto el germen de una humanidad nueva,
llamada a llevar a término
el proyecto original de la creación
y a transcenderlo con la gracia de la redención.

 25 de diciembre de 2001