PRINCIPIOS
DE REFLEXIÓN, CRITERIOS DE JUICIO Y DIRECTRICES DE ACCIÓN.
REFLEXÍÓN
DIARIA DEL COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (n. 7)
7 El
cristiano sabe que puede encontrar en la doctrina social de la Iglesia los
principios de reflexión, los criterios de juicio y las directrices de acción
como base para promover un humanismo integral y solidario. Difundir esta
doctrina constituye, por tanto, una verdadera prioridad pastoral,
para que las personas, iluminadas por ella, sean capaces de interpretar la
realidad de hoy y de buscar caminos apropiados para la acción.
La Iglesia cumple con su misión materna no
sólo dándonos y alimentando la vida de la gracia mediante los sacramentos, sino
también con su enseñanza y magisterio. En este sentido, la doctrina social de
la Iglesia es un regalo para todos nosotros que nos ayuda a vivir el Evangelio
en nuestro momento histórico, en nuestro mundo actual.
La doctrina social de la Iglesia nos
ofrece principios de reflexión, que se desprenden de la misma Revelación y del
Evangelio. Estos principios iluminan nuestra inteligencia y nos ayudan a tener
una visión completa de la fe, que abarque la realidad completa de la existencia
del hombre y, en este caso, de su vida en sociedad.
La doctrina social de la Iglesia nos
ofrece criterios de juicio para poder tener una “postura” conforme a la fe que
profesamos ante las diferentes realidades, problemas y situaciones de la vida política,
económica, familiar, también con respeto a nuestra relación y uso de la misma
creación. Ante tantísima opiniones y pluralidad de voces, ante el poder de los
medios de comunicación, el cristiano ha
de valerse de estos criterios de juicio para saber valorar, emitir un juicio y
tomar una postura adecuada. Tarea que no resulta fácil sobre todo en un mundo
donde los malo se nos presenta como bueno y donde los bueno se rechaza como
malo.
La doctrina social de la Iglesia nos
ofrece también las directrices de acción para poder atajar y buscar soluciones
ante la variedad de los problemas. No podemos esperar soluciones mágicas, pero aplicando
estos criterios y estas directrices podemos ir atajando y mejorando nuestro
mundo desde el Evangelio.
Difundir esta doctrina es una verdadera
prioridad pastoral. Por ello, nuestro Obispo, ha decidido nuevamente en este
curso proponer su estudio y su anuncio. En su carta pastoral nos dice: “Queridos hermanos: si la dimensión social
de la evangelización no está debidamente explicitada, siempre se corre el
riesgo de desfigurar el sentido auténtico e integral que tiene la misión
evangelizadora. El anuncio explícito del Evangelio ya hemos convenido en que
tiene un contenido ineludiblemente social, de modo que hasta el contenido de
ese primer anuncio encierra una inmediata repercusión moral cuyo centro es la
caridad. Negar esta evidencia y actuar como “paganos”, sin poner en juego la
moral social no es de cristianos.” Braulio
Rodríguez Plaza, CARTA PASTORAL PARA EL CURSO 2015-2016 “Hago nuevas todas las
cosas” (Ap 21,5), n. 30