EJERCICIOS
ESPIRITUALES.Último Día
Al comenzar cada día.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis,
a Vos, Señor, lo torno.
Todo es Vuestro:
disponed de ello
según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia,
que éstas me bastan.
Amén.
Antes de comenzar la meditación, siguiendo el consejo de san Ignacio, “pide gracia a Dios nuestro Señor para que todas tus intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su Divina Majestad.”
Se guarda unos segundos de silencio.
Se lee el punto de cada día, son sentencias cortas, para meditar y pensar. No leas apresurado.
San Ignacio recomienda la repetición de la meditación: Es conveniente a lo largo del día, volver sobre lo meditado.
DÍA 32. LA RESURRECCIÓN
Jesús en verdad murió y en verdad resucitó.
Resucitó lo antes posible. A la mañana del tercer día.
Tú levántate pronto del sepulcro del pecado.
Resucitó para no morir ya más. No vuelvas a la culpa.
Se manifestó, ya resucitado a los Apóstoles.
Que vean todos los ejemplos de virtud que tú les das.
Jesús subió al Cielo. Allá has de ir. Allá te espera.
Estás en el mundo para salvarte. Huye del pecado.
Morirás. Serás juzgado. Hay otra vida. Y una eternidad.
Sigue a Jesús. Ámale. Imítale. Adórale. Obedécele.
Sé devoto de María. Recibe con fervor los Sacramentos.
No te aprovechará todo el mundo si pierdes tu alma.
No dejes pasar un solo día sin encomendarte a Dios.
Haz ahora lo que desearías haber hecho al morir.
Para finalizar cada día.
CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.