MES DEL ROSARIO
Postrados ante una imagen de la Santísima Virgen (si es posible de Nuestra Señora del Rosario) se dirá:
Por la señal...
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, por ser Vos quien sois, bondad infinita, me pesa de haberos ofendido y propongo con vuestra gracia no pecar más; lo que espero mee concederéis por vuestra pasión y muerte, para perseverar en vuestro servicio hasta alabaros en el cielo. Amén
Se lee y medita la reflexión de cada día.
Día 29
La muerte y Asunción de Nuestra Señora
DESEO DEL CIELO
Reunidos ya los Apóstoles que no tuvieron la dicha de presenciar la feliz muerte o tránsito de La Santísima Virgen, quisieron todos ir a venerar en el sepulcro a su Madre, Señora y·Maestra.
Llenos de admiración y gozo vieron que el virginal cuerpo de la Madre de Dios estaba en el sepulcro y que en cuerpo y alma su Divino Hijo la había llevado al Empíreo para glorificar aquel cuerpo que había sido Templo del Espíritu Santo, encarnándose en él el Verbo Eterno. El Padre Eterno, como a Hija suya predilecta, la había colmado desde el momento de su Inmaculada Concepción de privilegios y dones sobrenaturales, llenándola de gracias, a las que había correspondido esta Privilegiada Criatura, y ahora premiaba sus virtudes con una gloria superior a la de todos los santos, Toda la. Beatísima Trinidad quiso honrar a la Santísima Virgen, llevándola al cielo en cuerpo y alma en su gloriosa Asunción y así fue elevándola sobre los Ángeles y Arcángeles, sobre los Tronos, Dominaciones y Virtudes, sobre las Potestades, Principados, Querubines y Serafines como Reina y Señora de todos los coros Angélicos. ¡Qué gloria la de nuestra Santa Madre! ¡Qué dicha será verla en el cielo!
Para lograr esta dicha hemos de procurar santificarnos y no ha de parecernos costo ningún sacrificio. El deseo del cielo ha de allanarnos todas las dificultades que se nos presenten en el camino de la virtud. El deseo del ciclo ha de hacernos ver cuán mezquinos son los bienes de la tierra, cuán falso todo lo que nos ofrece el mundo, cómo hemos de usar de todo lo que nos rodea en cuanto pueda servirnos para alcanzar nuestra salvación. El deseo del cielo hará que conozcamos cuánto valen las virtudes a las que una recompensa tan magnifica da Dios y nos esforzaremos por adquirirlas.
Roguemos a la Celestial Emperatriz de cielos y tierra nos conceda este deseo del cielo que nos haga Santos y todas las virtudes que necesitemos para salvarnos, pues deseamos con todas las ansias de nuestro corazón amarla mucho en la tierra, para verla después en el cielo y bendecir a Dios siempre por todos los privilegios y gracias con que la enriqueció.
PRÁCTICA
Cuando tengamos algo que sufrir para cumplir la Voluntad de Dios, la esperan.za del cielo nos animará paira sufrirlo con santa conformidad.
PETICIÓN
Jaculatoria. Oh, María, Virgen digna de alabanza, ruega. por nosotros.
Bendita sea tu pureza...