domingo, 19 de julio de 2015

LA EUCARISTÍA, ESTRATAGEMA DE AMOR. San Vicente de Paúl


Como el amor es infinitamente inventivo, tras haber subido al patíbulo infame de la cruz para conquistar las almas y los corazones de aquellos de quienes desea ser amado, por no hablar de otras innumerables estratagemas que utilizó para este efecto durante su estancia entre nosotros, previendo que su ausencia podía ocasionar algún olvido o enfriamiento en nuestros corazones, quiso salir al paso de este inconveniente instituyendo el augusto sacramento donde él se encuentra real y substancialmente como está en el cielo. Más aún, viendo que, rebajándose y anulándose más todavía que lo que había hecho en la encarnación, podría hacerse de algún modo más semejante a nosotros, o al menos hacernos más semejantes a él, hizo que ese venerable sacramento nos sirviera de alimento y de bebida, pretendiendo por este medio que en cada uno de los hombres se hiciera espiritualmente la misma unión y semejanza que se obtiene entre la naturaleza y la sustancia. Como el amor lo puede y lo quiere todo, él lo quiso así; y por miedo a que los hombres, por no entender bien este inaudito misterio y estratagema amorosa, fueran negligentes en acercarse a este sacramento, los obligó a él con la pena de incurrir en su desgracia eterna: Nisi manducaveritis carnem Filii hominis, non habebitis vitam Jn 6,54. (SVP, XI, 65-66).