Santo Rosario.
Por la señal...
Monición inicial: En el calendario de la Forma Extraordinaria, se hace hoy memoria de san
Ireneo, obispo, que, como atestigua san Jerónimo, de niño fue discípulo de san
Policarpo de Esmirna y custodió con fidelidad la memoria de los tiempos
apostólicos. Ordenado presbítero en Lyon, fue el sucesor del obispo san Potino
y, según cuenta la tradición, murió coronado por un glorioso martirio. Debatió
en muchas ocasiones acerca del respeto a la tradición apostólica y, en defensa
de la fe católica, publicó un célebre tratado contra la herejía. († c.202) Con algunas
de sus enseñanzas meditamos el rosario de hoy.
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración
de Jesús en el Huerto
“El Padre
es para todos, sin excepción, es dador de alimento y manjar, rey y juez, porque
nadie escapará a su juicio, ni judío, ni gentil ni ningún creyente que haya
pecado y ni siquiera un ángel. Aquellos que en el presente se nieguen a creer
en su bondad, experimentarán en el juicio su poder, como dice el santo Apóstol:
No reconociendo que la bondad de Dios te está empujando a la enmienda, antes
por el contrario, con la dureza y la impenitencia de tu corazón te estás almacenando
la ira para el día de la ira cuando se revelará el justo juicio de Dios que pagará
a cada uno según sus obras (Rm 2,4-6). Éste es Aquel que en la Ley es llamado
el Dios de Abrahám, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob,”.
2. La
flagelación de Jesús atado a la columna.
“Los
apóstoles, con la palabra de verdad, exhortaron a los gentiles a guardar su cuerpo
sin mancilla en orden a la resurrección y su alma al abrigo de la corrupción.”
3. La
coronación de espinas
“Para
que el hombre no tuviese pensamientos de soberbia y se enorgulleciese, como si
no tuviera amo, por razón de la autoridad que le había sido conferida y de la libertad
de acceso a Dios para que no faltase, y, por complacencia en sí, concibiese pensamientos
de orgullo contra Dios, le fue dada por Dios una ley, a fin de que reconociera
que tenía por Señor al Señor de todo. Y le impuso Dios algunas reglas, de suerte
que, si observaba el mandamiento de Dios, permanecería siempre tal como era, esto
es, inmortal. Pero, si no la observaba, se haría mortal, destinado a disolverse
en la tierra de donde había sido tomado su plasma.”
4. Nuestro
Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“El
hombre es un ser viviente, compuesto de alma y cuerpo. Así, es necesario y
conveniente que exista en virtud de tales dos elementos. Puesto que del uno y
del otro, de los dos, emanan las caídas, la pureza del cuerpo está en
abstenerse y rehuir toda cosa inverecunda y de toda acción injusta; la pureza
del alma estriba en conservar intacta la fe en Dios, sin agregar ni quitar nada
de ella. Porque la piedad se empaña y pierde su candor cuando se contamina con
la impureza del cuerpo; se rompe, se mancha y se desintegra cuando el error
entra en el alma. Mantendrá su belleza y su justa proporción cuando la verdad
habite constantemente en el alma y la santidad en el cuerpo.”
5. La
crucifixión y muerte del Señor
“.
El Verbo, preanunciando por medio del profeta Isaías los acontecimientos
futuros - son profetas porque anuncian lo que va a suceder-, se expresa así: Yo
no me rebelo ni contradigo. He ofrecido mis espaldas a los azotes y mis
mejillas a las bofetadas; no hurtaré mi rostro a la afrenta de los esputos (Is
50,5-6). Así pues, por la obediencia a que se sometió hasta la muerte,
pendiente del madero, destruyó la desobediencia antigua cometida en el árbol. Y
como el Verbo mismo Omnipotente de Dios, en su condición invisible, está entre
nosotros extendido por todo este universo (visible) y abraza su largura y su
anchura y su altura y su hondura -pues por medio del Verbo de Dios fueron dispuestas
y gobernadas aquí todas las cosas-, la crucifixión (visible) del Hijo de Dios tuvo
también lugar en esas (dimensiones, anticipadas invisiblemente) en la forma de
cruz trazada (por Él) en el universo.”