lunes, 27 de febrero de 2017

TODOS SOMOS RESPONSABLES DEL ANUNCIO Reflexión diaria acerca de la Palabra de Dios.




TODOS SOMOS RESPONSABLES DEL ANUNCIO
Reflexión diaria acerca de la Palabra de Dios.
Puesto que todo el Pueblo de Dios es un pueblo enviado, la misión de anunciar la Palabra de Dios es un cometido de todos los discípulos de Jesucristo, como consecuencia de su bautismo. Ningún creyente en Cristo puede sentirse ajeno a esta responsabilidad tampoco las realidades eclesiales: familia, parroquia, comunidad, asociación y movimiento eclesial. Cada uno en su propio estado de vida, está llamado a dar una contribución incisiva al anuncio cristiano.
Los Obispos y sacerdotes son los primeros llamados a una vida dedicada a anunciar el Evangelio, a celebrar los sacramentos y a formar a los fieles en el conocimiento auténtico de las Escrituras. También los diáconos han de sentirse llamados a colaborar, según su misión, en este compromiso de evangelización.
La vida consagrada brilla en toda la historia de la Iglesia por su capacidad de asumir explícitamente la tarea del anuncio y la predicación de la Palabra de Dios, tanto en la missio ad gentes como en las más difíciles situaciones, con disponibilidad también para las nuevas condiciones de evangelización.
Los laicos están llamados a testimoniar el Evangelio en la vida cotidiana dondequiera que se encuentren.
Los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades son en la Iglesia una gran fuerza para la obra evangelizadora en este tiempo, impulsando a desarrollar nuevas formas de anunciar el Evangelio.
Cfr. Verbum Domini, 94