Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Se hace hoy memoria del sacerdote italiano, beato Francisco Spinelli,
que, a pesar de vejaciones y dificultades persistentes, soportadas con
paciencia, fundó y dirigió una congregación de hermanas dedicadas a la
adoración del Santísimo Sacramento. Murió en 1913. Con algunos de sus pensamientos
meditamos el rosario de hoy.
MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas
purísimas de la Virgen María.
“Vuestro
descenso de la gloria del cielo con la Encarnación en el seno Inmaculado de la
Virgen María y vuestro nacer como niño en Belén, es un misterio de humillación.
Pero, ¿por qué amar tanto el abajamiento y la humildad? No hay otro motivo
ciertamente que el enseñar con el propio ejemplo al hombre, introduciendo en su
corazón el amor, y por medio del amor ir a la humildad, y por la humillación
hacerlo feliz y bienaventurado.”
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa
Isabel.
“Oh
Jesús mío, he aquí en la Eucaristía un misterio de humildad, un misterio de
enseñanza y caridad. En la medida que te enamoraste de la humildad de María,
haz que yo me enamore de tu humildad, y que esta me haga enamorarme y elegir la
humillación, y me haga humilde no sólo delante de ti sino también delante de
los hombres.”
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“Sí,
sí, Jesús mío, mi corazón se regocija poder encontrarse en cualquier momento
ante tu presencia divina, de poder disfrutar de la tu augustísima y adorable compañía, y de
entenderse contigo, de corazón a corazón, sobre los soberanos designios y los
deseos amorosos de su santísima voluntad! Siento un gran deseo de
corresponderte y amarte.”
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del
Niño Jesús en el templo
Jesús
amable, contempla los corazones de tus santos, tan llenos de ardiente amor, y
después contempla el mío tan miserable, frío e indigno; y custodiado por tu
Madre y tu padre San José, purifica el mío de toda indignidad, adórnalo con tu
gracia y enciéndelo en amor tuyo en la vida, en la muerte y en la eternidad.”
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
Humillado
en el abismo de mi nada, adoro tu tierno y ardentísimo corazón, con aquella
reverencia y aquel amor con el que lo adoró vuestra amada y purísima Madre y tu
padre putativo san José. Y para compensar con digno obsequio las ingratitudes,
las irreverencias y las ofensas que has recibido de mí y de todos los hombre al
pie de este alar, me ofrezco ahora a tu Corazón Santísimo, con la intención de
amarte y bendecirte.