lunes, 6 de febrero de 2017

EL ROSARIO DE HOY CON EL BEATO FRANCISCO SPINELLI



 Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial:  Se hace hoy memoria del sacerdote italiano, beato Francisco Spinelli, que, a pesar de vejaciones y dificultades persistentes, soportadas con paciencia, fundó y dirigió una congregación de hermanas dedicadas a la adoración del Santísimo Sacramento. Murió en 1913. Con algunos de sus pensamientos meditamos el rosario de hoy.
MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.
“Vuestro descenso de la gloria del cielo con la Encarnación en el seno Inmaculado de la Virgen María y vuestro nacer como niño en Belén, es un misterio de humillación. Pero, ¿por qué amar tanto el abajamiento y la humildad? No hay otro motivo ciertamente que el enseñar con el propio ejemplo al hombre, introduciendo en su corazón el amor, y por medio del amor ir a la humildad, y por la humillación hacerlo feliz y bienaventurado.”
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
“Oh Jesús mío, he aquí en la Eucaristía un misterio de humildad, un misterio de enseñanza y caridad. En la medida que te enamoraste de la humildad de María, haz que yo me enamore de tu humildad, y que esta me haga enamorarme y elegir la humillación, y me haga humilde no sólo delante de ti sino también delante de los hombres.”
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“Sí, sí, Jesús mío, mi corazón se regocija poder encontrarse en cualquier momento ante tu presencia divina, de poder disfrutar de la  tu augustísima y adorable compañía, y de entenderse contigo, de corazón a corazón, sobre los soberanos designios y los deseos amorosos de su santísima voluntad! Siento un gran deseo de corresponderte y amarte.”
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo
Jesús amable, contempla los corazones de tus santos, tan llenos de ardiente amor, y después contempla el mío tan miserable, frío e indigno; y custodiado por tu Madre y tu padre San José, purifica el mío de toda indignidad, adórnalo con tu gracia y enciéndelo en amor tuyo en la vida, en la muerte y en la eternidad.”
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
Humillado en el abismo de mi nada, adoro tu tierno y ardentísimo corazón, con aquella reverencia y aquel amor con el que lo adoró vuestra amada y purísima Madre y tu padre putativo san José. Y para compensar con digno obsequio las ingratitudes, las irreverencias y las ofensas que has recibido de mí y de todos los hombre al pie de este alar, me ofrezco ahora a tu Corazón Santísimo, con la intención de amarte y bendecirte.