Santo Rosario.
Por la señal...
Monición inicial:
Entre los santos que la Iglesia celebra hoy, está san Claudio de La Colombière, sacerdote de la
Compañía de Jesús, que vivió entregado a la oración y con sus consejos dirigió
a muchos en su esfuerzo para amar a Dios (1682). Siendo superior en
Paray-le-Monial (Francia) dirigió espiritualmente a Santa Margarita María de
Alacoque, a la que por destino de la Providencia ayudó en la propagación de la
devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Sus palabras: “he resuelto no pedir
nada a Dios, en ninguna oración, que no sea por intercesión de María,” nos
invitan a confiarnos a la Virgen Santísima y pedirle que seamos apóstoles de su
Inmaculado Corazón y el de su Hijo.
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La
Resurrección del Señor.
¡Con
cuánto placer y cuánta abundancia recompensa Dios los dolores e ignominias de
su Hijo! Sin hablar del cielo donde tiene gloria tan grande, aun en la tierra,
por un Judas que le vendió, ¿cuántos millones de hombres se despojarán de todo
para poseerlo?; por una ciudad ingrata y sacrílega que no le reconoció por Rey,
¿cuántos reinos e imperios sometidos a su poder? Se ha visto negado por san
Pedro; ¿cuántos millones de mártires sufrirán la muerte antes que renegar de
Él? ¿Cuántos altares a cambio del banquillo de reo? ¿Cuántas verdaderas
adoraciones por las burlas de los soldados? ¿De cuántas riquezas no se
revestirán sus templos y sus altares por el manto de púrpura y por la vestidura
blanca, etc.?”
2.- La
Ascensión del Señor
Pido a Dios para mí el poder vivir entre el
cielo y la tierra, sin gozar ni de los placeres de aquí abajo ni de los del
Paraíso, con un desprendimiento universal, estando ligado sólo a Dios, que se
encuentra en todas partes. A
nosotros nos toca el desprendernos de todos los placeres de la tierra, al menos
no tomar ninguno por puro gusto; desprender de ellos nuestro corazón, si no
podemos renunciar realmente a ellos; hacer que se nos conviertan en tormento
por el deseo ardiente que tenemos de privarnos de ellos por amor de Dios.
3.- La Venida
del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“En
cuanto a los consuelos del cielo, es necesario dejar hacer a Dios, que conoce
nuestras fuerzas y tiene sus designios, y vivir en una gran indiferencia,
siempre dispuestos a pasarnos sin ellos.”
4.- La
Asunción de María Santísima a los Cielos
““¡Hermosa
palabra! «He terminado la obra que me encomendaste» (Jn 16,4). Jesús y María
pudieron decir esto al morir. He notado, que cuando me determino a imitar en
esto a Jesucristo para toda mi vida, siento que la naturaleza como que se
sorprende de semejante proyecto, y que me siento más fuerte para llevarlo a la
práctica; para resolverme, por ejemplo, a hacer durante este mes, este año,
todo cuanto pueda para que mis acciones sean más agradables a Dios y lo más
perfectas que me sea posible.”
5.- La
Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.
“Los
hombres pueden despojarme de los bienes y
de la reputación; las enfermedades pueden quitarme las fuerzas y los medios de
serviros; yo mismo puedo perder vuestra
gracia por el pecado; pero no perderé mi
esperanza; la conservaré hasta el último instante de mi vida y serán inútiles todos los esfuerzos de los
demonios del infierno para arrancármela.
Dormiré y descansaré en paz.”