lunes, 13 de febrero de 2017

APARICIONES DEL ÁNGEL EN FÁTIMA. 1916



1ª APARICIÓN DEL ÁNGEL.  
PRIMAVERA DE 1916
“No puedo precisar las fechas con certeza, porque en aquel tiempo no sabía aún contar los años, ni los meses ni siquiera los días de la semana. Me parece, sin embargo, que debía ser en la primavera de 1916 que el Ángel nos apareció por primera vez, en nuestra Loça de Cabezo (…) comenzamos viendo a cierta distancia, sobre los árboles que se extendían en dirección al saliente, una luz más blanca que la nieve, en forma de un joven transparente, más brillante que un cristal atravesado por los rayos del sol. A medida que se aproximaba, íbamos distin-guiéndole las facciones. Es-tábamos sorprendidos y medio absortos. No decía-mos palabra. Al llegar junto a nosotros, dijo:
- ¡No temáis! Soy el Ángel de la paz. Orad conmigo.
Y arrodillándose a tierra dobló la frente hasta el suelo. Llevados por un movimiento sobrenatural, le imitamos y repetimos las palabras que le oímos pronunciar:
- Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.
Después de repetir esto por tres veces, se levantó y dijo:
-¡Orad así! Los Corazones de Jesús y María están atentos a la voz de vuestras súplicas. Y desapareció”.


2ª APARICIÓN DEL ÁNGEL.
VERANO DE 1916
“La segunda debía ser en el medio del verano, en esos días de mayor calor en que íbamos con nuestros rebaños a media mañana a casa para volver a llevarlos a media tarde.
Fuimos, pues, a pasar las horas de la siesta a la sombra de los árboles que cercaban el pozo, ya varias veces mencionado.
De repente, vimos al mismo Ángel junto a nosotros.
-¿Qué hacéis? ¡Orad! ¡Orad mucho! Los Corazones de Jesús y María tienen sobre vosotros designios de misericordia. Ofreced constantemente al Altísimo oraciones y sacrificios.
-¿Cómo nos hemos de sacrificar?
-De todo lo que podáis, ofreced un sacrificio, en acto de reparación por los pecados con que Él es ofendido, y de súplica por la conversión de los pecadores. Atraed así sobre vuestra patria la paz. Yo soy el Ángel de la Paz, el Ángel de Portugal. Sobre todo, aceptad y soportad con sumisión el sufrimiento que el Señor os envíe”.

3ª APARICIÓN DEL ÁNGEL
SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE 1916
“La tercera aparición, me parece, debió ser en octubre o fines de septiembre, porque ya no íbamos a pasar las horas de siesta a casa (…) pasamos de la Pregueira (es un pequeño olivar, perteneciente a mis padres), a la Lapa, dando vuelta a la vertiente del monte por el lado de Aljustrel y Casa Velha. Rezamos allí nuestro rosario y la oración que en la primera aparición nos había enseñado.
Estando, pues, allí, nos apareció por tercera vez, trayendo en la mano un cáliz y sobre él una Hostia, de la cual caían, dentro del cáliz, algunas gotas de Sangre. Dejando el cáliz y la Hostia suspensos en el aire, se postró en tierra y repitió tres veces la oración:
- Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, te pido la conversión de los pobres pecadores.
Después, levantándose, tomó de nuevo en la mano el cáliz y la Hostia, y me dio la Hostia a mí y lo que contenía el cáliz lo dio a beber a Jacinta y a Francisco, diciendo al mismo tiempo:
-Tomad y bebed el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios.
De nuevo se postró en tierra y repitió con nosotros tres veces más la misma oración ‘Santísima Trinidad’  y desapareció.