domingo, 5 de febrero de 2017

EL ROSARIO DE HOY CON SAN PEDRO JULIÁN EYMARD





Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: El 4 de febrero de 1811, nacía San Pedro Julián Eymard, que fue primeramente sacerdote diocesano y después miembro de la Compañía de María. Adorador eximio del Misterio eucarístico, fundó nuevas congregaciones, una de clérigos y otra de mujeres, para fomentar y difundir la piedad hacia el Santísimo Sacramento. Murió en la aldea La Mure, cerca de Grenoble, en Francia, donde había nacido en el año 1868. Con algunos de sus pensamientos meditamos el rosario de hoy.
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La Resurrección del Señor.
“Id a Nuestro Señor como sois, id a Él con una meditación natural. Usad vuestra propia piedad y vuestro amor antes de serviros de libros. Buscad la humildad del amor. Que un libro pío os acompañe para encauzaros en el buen camino cuando el espíritu se vuelve pesado o cuando vuestros sentidos se embotan, eso está bien; pero, recordaos, nuestro buen Maestro prefiere la pobreza de nuestros corazones a los más sublimes pensamientos y afecciones que pertenecen a otros.”
2.- La Ascensión del Señor
“En el corazón del justo halla Jesús una sepultura gloriosa, pero ignominiosa en el del pecador. En el primero no pierde su estado sacramental sin dejar algo de su divinidad, su Espíritu Santo, y por lo mismo un germen de resurrección. En el segundo, esto es, en el culpable, no sobrevive Jesús, quedan frustrados todos los fines de la Eucaristía. La Comunión en estas condiciones es una verdadera profanación; es la muerte violenta e injusta de nuestro Señor, crucificado por estos nuevos verdugos.
3.- La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
Unámonos, pues, con el Espíritu Santo. Desde Pentecostés se cierne sobre la Iglesia y habita en cada uno de nosotros para enseñarnos a orar, para formarnos según el dechado que es Jesucristo y hacernos en todo semejantes a Él, con objeto de que así podamos estar un día unidos con Él sin velos en la gloria.
4.- La Asunción de María Santísima a los Cielos
“Como vuestras adoraciones son bastante imperfectas, unidlas a las adoraciones de la Santísima Virgen.”
5.- La Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.
“A devoción a la santísima e inmaculada virgen María es consecuencia rigurosa de la fe en Jesucristo nuestro Salvador. El culto de María fluye del amor a Jesús, su divino hijo. Porque ¿cómo adorar a Jesucristo sin honrar a quien nos le ha dado? ¿Cómo amar a Jesús sin amar a María, divina y cariñosísima madre suya, a la que tanto amó Él mismo? La devoción a María es, por tanto, deber filial de todo cristiano.”