PALABRA DE DIOS Y SEMINARISTAS
Reflexión diaria acerca de la Palabra de Dios.
Los candidatos al sacerdocio deben aprender a amar la
Palabra de Dios. La Escritura ha de ser el alma de su formación teológica,
subrayando la indispensable circularidad entre exegesis, teología,
espiritualidad y misión.
Su relación personal con la Palabra de Dios,
especialmente en la lectio divina,
alimenta la propia vocación: con la luz y la fuerza de la Palabra de Dios, la
propia vocación puede descubrirse, entenderse, amarse, seguirse, así como
cumplir la propia misión, guardando en el corazón el designio de Dios, de modo
que la fe, como respuesta a la Palabra, se convierta en el nuevo criterio de
juicio y apreciación de los hombres y las cosas, de los acontecimientos y los
problemas.
Se les ha de ayudar concretamente a ver la relación entre el estudio bíblico y el orar
con la Escritura. El estudio de las Escrituras les ha de hacer más
conscientes del misterio de la revelación divina, alimentando una actitud de
respuesta orante a Dios que habla. Por otro lado, una auténtica vida de oración
hará también crecer necesariamente en el alma del candidato el deseo de conocer
cada vez más al Dios que se ha revelado en su Palabra como amor infinito. Por
tanto, se deberá poner el máximo cuidado para que en la vida de los
seminaristas se cultive esta reciprocidad
entre estudio y oración.
Cfr. Verbum Domini, 82