Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Se
hace hoy memoria del Beato Bernardo de Hoyos, presbítero jesuita, primer y
principal apóstol en España de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Murió
en el año 1735.
Señor
mío Jesucristo…
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La
Resurrección del Señor.
“Yo
no salgo del Corazón Sagrado; allí me encontrará; quiere este Divino Dueño que
yo sea discípulo del Corazón Sagrado de Jesús, y discípulo amado: así me lo ha
dicho.”
2.- La
Ascensión del Señor
“Dióseme
a entender que no se me daban a gustar las riquezas de este Corazón para mi
sólo, sino para que por mi las gustasen otros. Pedí a toda la Santísima
Trinidad la consecución de nuestros deseos, y pidiendo esta fiesta en
especialidad para España, en que ni aun memoria parece hay de ella, me dijo Jesús: ‘Reinaré en España, y
con más veneración que en otras muchas partes.”
3.- La Venida
del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
En la acción de gracias después de haber comulgado
"pedí la extensión del Reino del mismo Corazón sagrado en España, y
entendí que se me otorgaba. Y con el gozo dulcísimo que me causó esta noticia
quedó el alma como sepultada en el Corazón divino, en aquel paso que llaman
sepultura. Muchas y repetidas veces he sentido estos asaltos de amor en estos
días, dilatándose tanto en deseos mi pobre corazón que piensa extender en el
Nuevo Mundo el amor de su amado Corazón de Jesús, y todo el universo se le hace
poco.”
4.- La
Asunción de María Santísima a los Cielos
“Desde
este punto he andado absorto, y anegado en este Divino Corazón; al comer, al
dormir, al hablar, al estudiar y en todas partes no parece palpa mi alma otra
cosa que el Corazón de su amado, y cuando estoy delante del Señor Sacramentado,
aquí es donde se desatan los raudales de sus deliciosísimos favores, y como
este culto mira al Corazón Sacramentado, como a su objeto, aquí logra de lleno
sus ansias amorosas.”
5.- La Coronación
De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.
“Yo
me entrego de mi voluntad y libremente a María Santísima, nuestra Señora, no
sólo por esclavo sino también por hijo, movido del amor a esta divina Señora y
del deseo de experimentar los efectos de su maternidad para conmigo... desde
hoy me dejo en sus divinas manos a mí, a mi alma, a mi corazón y a mis
potencias, para que aquí en adelante se dirigido de su especial providencia
como hijo pequeño de su amorosa madre.”