viernes, 6 de marzo de 2015

EL ROSARIO DE HOY CON SANTO TOMÁS DE AQUINO


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: Meditamos hoy el rosario con santo Tomás de Aquino. Son muchos los testimonios de amor y de devoción que este Santo dirigía a la Santísima Virgen.  Con sus mismas palabras pedimos: Haz, oh Reina del cielo, que junte en mi corazón el temor y el amor de tu Hijo dulcísimo, que le dé continuas gracias por los grandes beneficios que me ha concedido no por mis méritos, sino movido por su propia voluntad, y que haga pura y sincera confesión y verdadera penitencia por mis pecados, hasta alcanzar perdón y misericordia.
Señor mío Jesucristo... 

MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“Si buscas un ejemplo de obediencia, síguelo a El, que se hizo obediente al Padre hasta la muerte. "Como por la desobediencia de un solo hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también, por la obediencia de uno solo muchos fueron hechos justos.” (Rom 5, 19)
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“Si buscas un ejemplo de paciencia, excelentísimo lo encuentras en la cruz. En efecto, de dos grandes maneras se manifiesta la paciencia: o bien padeciendo pacientemente grandes males, o bien padeciendo algo que podría evitarse y que no se evita. Pues bien, Cristo soportó en la cruz grandes males. "Oh, vosotros todos, los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor semejante a mi dolor" (Treno I, 12); y pacientemente, porque, "al padecer, no amenazaba", (I Pedro 2, 23); y "Como cordero llevado al matadero, y como oveja muda ante los trasquiladores" (Isaías 53, 7). Además, Cristo pudo evitarlos, y no los evitó. "¿O piensas que no puedo yo rogar a mi Padre, que me enviaría luego más de doce legiones de ángeles?" (Mt 26, 53). Grande es, pues, la paciencia de Cristo en la cruz. "Por la paciencia corramos al combate que se nos ofrece, puestos los ojos en el autor y consumador de la fe, Jesús, el cual, en vez del gozo que se le ofrecía, soportó la cruz, despreciando la ignominia. (Hebr 12, 1-2) "
3. La coronación de espinas
“Si buscas un ejemplo de humildad, ve el crucifijo: en efecto, Dios quiso ser juzgado bajo Poncio Pilato y morir. "Tu causa ha sido juzgada como la de un impío"(Job 36, 17). En verdad como la de un impío: "Condenémosle a una muerte afrentosa" (Sabiduría 2, 20). El Señor quiso morir por su siervo, y el que es la vida de los Ángeles por el hombre. "Hecho obediente hasta la muerte.” (Filip 2, 8)
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Si quieres un ejemplo de desprecio de las cosas terrenas, síguelo a Él, que es el Rey de Reyes y el Señor de los señores, en quien se hallan los tesoros de la sabiduría, y que sin embargo en la cruz estuvo desnudo, objeto de burla, fue escupido, golpeado, coronado de espinas, y abrevado con hiel y vinagre, y murió. Por lo tanto, no os impresionéis por las vestiduras, ni por las riquezas, porque "se repartieron mis vestiduras" (Salmo 21, 19); ni por los honores, porque a mí me cubrieron de burlas y de golpes; no por las dignidades, porque tejieron una corona de espinas y la colocaron sobre mi cabeza; no por las delicias, porque "en mi sed me abrevaron con vinagre” (Salmo 68, 22). "El cual, en vez del gozo que se le ofrecía, soportó la cruz, despreciando la ignominia", (Hebr 12, 2) de lo que dice San Agustín: "El hombre Jesucristo despreció todos los bienes terrenos para enseñarnos que deben ser despreciados.”
5. La crucifixión y muerte del Señor

“Ningún ejemplo de virtud falta en la cruz. Pues si buscas un ejemplo de caridad, "nadie tiene mayor caridad que el que da su vida por sus amigos" (Jn 15, 13) Y esto fue lo que hizo Cristo en la cruz. Por lo tanto, si El dio su vida por nosotros, no se nos debe hacer pesado soportar por El cualquier mal. "¿Qué le daré al Señor por todo lo que El me ha dado?" Salmo 115, 12