Santo Rosario.
Por la señal...
Monición inicial:
Se hace hoy memoria de san Gregorio de Nisa, que vivió en el siglo IV y
era hermano de san Basilio el Grande, admirable por su vida y doctrina, que,
por haber confesado como obispo la recta fe, fue desterrado por el emperador
arriano Valente.
Defendió las verdades de la Maternidad Divina de la Virgen María y su
Virginidad Perpetua. En sus sermones, pocos eran los adjetivos que encontraba
para saludar a la Llena de Gracia: "Adornada
sobre toda criatura, embellecida sobre todos
los cielos, más resplandecientes
que el sol, exaltada sobre todos los ángeles, piadosa, dócil, obediente, honor
del género humano, puerta de nuestra salvación, santa e inmaculada, arcilla
dúctil en manos del alfarero." Pidamos para nosotros también un amor
ferviente hacia nuestra Señora y ofrezcamos el rosario por la definición del
quinto dogma mariano de la Corredención y Mediación de María.
Señor mío Jesucristo...
MISTERIOS
GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de
la Virgen María.
“Ve -dice el Verbo a
Gabriel- a la ciudad de Galilea, a Nazaret, a la virgen María. (…) Anúnciale a
Ella mi venida sin tumulto, no sea que se turbe, si no lo sabe por carecer de
anuncio. Enséñale a Ella mi amor al hombre, por el cual quiero salir de Ella al
mundo como hombre, para que, al conocer previamente el designio divino, no se
turbe al observar su gravidez.”
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
“Nuestra naturaleza
enferma exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta, ser
resucitada. Habíamos perdido la posesión del bien, era necesario que se nos devolviera.
Encerrados en las tinieblas, hacía falta que nos llegara la luz; estando
cautivos, esperábamos un salvador; prisioneros, un socorro; esclavos, un
libertador. ¿No tenían importancia estos razonamientos? ¿No merecían conmover a
Dios hasta el punto de hacerle bajar hasta nuestra naturaleza humana para
visitarla, ya que la humanidad se encontraba en un estado tan miserable y tan
desgraciado?».”
“La gracia de Dios es
de tal naturaleza que no puede visitar a las almas que rehúsan la salvación; y
el poder de la virtud humana no basta por sí solo para elevar hasta la forma de
la vida celestial a las almas que no participan de la gracia. Si el Señor no
edifica la casa ni guarda la ciudad, dice la Escritura, en vano vigila el
guardián y trabaja el que construye (Sal 126,1).”
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“El Verbo llama
“pobreza en el Espíritu” a la humildad voluntaria de un espíritu humano y su
renuncia; el apóstol nos da como ejemplo la pobreza de Dios cuando dice: “Se
hizo pobre por nosotros”
"Contemplemos
los misterios, de la gruta: un niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre;
y una virgen después del parto, una
madre incorrupta que abraza a su nacido"
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño
Jesús en el templo
"La
"voluntad perfecta" de Dios consiste en purificar el alma de toda
mancha por la gracia, elevarla por encima de los placeres del cuerpo, y que se
ofrezca a Dios, pura, tendida por el deseo, y hecha capaz de ver la luz
inteligible e inefable."
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
“Mientras nuestro
corazón se rompe bajo la tensión del esfuerzo, con un deseo insaciable de
justicia -porque sólo de ella deben tener hambre y sed aquellos que buscan
alcanzar la perfección-, nos volveremos humildes, y compenetrados por el temor
de Dios, viendo que estamos lejos de las promesas, y exiliados de la perfecta
caridad de Cristo. Porque aquel que ama esta caridad y que mira hacia arriba,
hacia la promesa, no se exalta con los éxitos logrados, ni cuando ayuna, ni
cuando vigila, ni cuando aplica su celo a otras formas de virtud; sino lleno
del deseo de Dios, y mirando con intensidad hacia Aquel que lo llama, considera
todo lo que hace por alcanzarlo como poca cosa y como indigno de recompensa. Mientras
dura esta vida, se sobrepasa continuamente a sí mismo, acumulando trabajos
sobre trabajos y virtudes sobre virtudes, hasta que esté frente a Dios,
precioso por sus obras, pero no teniendo conciencia de haberse hecho digno de
El.”