sábado, 16 de agosto de 2025

17. LOS DOLORES DEL CORAZÓN DE MARÍA. MES DEL INMACULADO CORAZÓN

DÍA DÉCIMO SÉPTIMO

Los dolores del Corazón de María

 

MES DE AGOSTO

CONSAGRADO

AL PURÍSIMO E INMACULLADO

CORAZÓN DE MARÍA

 

 

PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS.

 

Por la señal... etc.

 

Acto de contrición. - Señor mío Jesucristo...

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Dulcísimo e inmaculado Corazón de María! Lleno de filial ternura y confianza comparezco ante vuestra soberana presencia a rendiros Jos sinceros homenajes de mí pobre corazón y a pediros remedio para mis necesidades y gracia para conseguir mi eterna salvación. ¿Dónde hallaré amparo más seguro, voluntad más decidida para socorrerme que en la amantísima Madre de los pecadores; que los amó hasta entregar por ellos a la muerte a su Santísimo Hijo y Salvador? ¿Quién acudió jamás a este piadoso Corazón que no fuese favorablemente acogido? Oíd, Madre mía, las súplicas que durante este mes logre dirigiros. Dad luz a mi entendimiento para conocer vuestras excelencias y prerrogativas; moved mi voluntad para seguir vuestros ejemplos é imitar vuestras virtudes, prended en mi corazón una centella siquiera del amoroso incendio con que se consumió el vuestro de caridad con Dios y con los hombres, y concededme aquella devoción hacia Vos que es prenda segura de salvación. Amén.

 

Se lee y medita lo propio de cada día del mes.

 

DÍA DÉCIMO SÉPTIMO

MEDITACIÓN

Los dolores del Corazón de María

¡Oh vosotros los que pasáis por el camino, atended y ved si hay dolor semejante a mi dolorido Corazón! Se aplican estas palabras al Corazón traspasado de María; porque, en efecto, ¡su dolor no tuvo semejante ni en su intensidad ni en su duración! Su dolor, más o menos agudo, duró toda la vida de Jesús. Desde tu infancia, según en otra parte queda dicho, tuvo María presente la Pasión y muerte de su Hijo; de ella hablaban con frecuencia los dos en Nazaret, y ella como Jesús pudo decir a su manera: En un mar de dolores me he de anegar, y cómo estoy angustiada hasta que esto se verifique. La intensidad de este dolor sabido es que se mide por la grandeza de los dolores de su Hijo, por el inmenso amor que le tenía y por la singular ternura y delicadeza de su virginal Corazón, formado para amar y padecer. Lo que en otras madres suele mitigar o disminuir la pena, verbigracia, la muchedumbre de hijos, la compañía del esposo, los trabajos pasados ya por el que muere, su edad, etc., nada de esto podía aminorar o dividir el dolor ...

 

¡Oh Corazón traspasado y paciente de María! Aquí me tenéis contrito y pesaroso. Yo, Madre mía, he sido la causa de vuestros dolores; yo soy el criminal que ha dado la muerte a vuestro Hijo Jesús, el Caín que ha matado a su hermano Abel. ¿Qué haré? ¿A quién acudiré? No quiero ir errante por el mundo, huyendo de la vista de Dios; quiero arrojarme en el seno de la misericordia, en vuestros brazos de Madre. Sed mi abogada; amansad la ira del Padre celestial; cubridme con vuestro manto y defendedme con vuestro amor.

 

 

PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS.

 

ASPIRACIONES

¡Corazón lucidísimo de María! Alumbradme.

¡Corazón purísimo de María! Limpiadme.

¡Corazón hermosísimo de María! Atraedme.

¡Corazón amorosísimo de María! Encendedme.

¡Corazón dulcísimo de María! Pacificadme.

¡Corazón afligidísimo de María! Compungidme.

¡Corazón fortísimo de María! Alentadme.

¡Corazón poderosísimo de María! Protegedme.

¡Corazón santísimo de María! En la hora tremenda de mi muerte y juicio, defendedme y mandadme ir a Vos.

Dulce Corazón de María, sed mi salvación.

 

ACTO DE REPARACIÓN ENSEÑANDO POR EL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA

 

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,

Os adoro profundamente y Os ofrezco

el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma

y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,

presente en todos los sagrarios de la tierra,

en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias

con que Él mismo es ofendido

y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón

y del Corazón Inmaculado de María,

os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Bajo vuestra protección nos acogemos,

santa Madre de Dios; no desechéis nuestras súplicas ni os olvidéis de nuestras necesidades, sino libradnos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y Madre nuestra. Amén.

 

“Corazón Inmaculado de María,

rogad por nosotros.”

100 días de indulgencia cada vez, Pío IX

 

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

 

Indulgencias en la devoción al Inmaculado Corazón de María en el mes de agosto.

A los fieles que, en cualquier día del mes de agosto, rezan algunas preces o practican algún otro ejercicio de piedad en honor del Inmaculado Corazón de María, se les concede: indulgencia de cinco años, una vez.

A los que practican el mismo ejercicio durante todo el referido mes, se les concede indulgencia plenaria en las condiciones de costumbre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre. (S.C. del S. Oficio, 13 de marzo de 1913; S. Penitenciaría Apostólica, 2 de junio de 1935).