DÍA DÉCIMO CUARTO
El Corazón de María ante el rechazo de Israel
MES DE AGOSTO
CONSAGRADO
AL PURÍSIMO E INMACULLADO
CORAZÓN DE MARÍA
PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS.
Por la señal... etc.
Acto de contrición. - Señor mío Jesucristo...
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Dulcísimo e inmaculado Corazón de María! Lleno de filial ternura y confianza comparezco ante vuestra soberana presencia a rendiros Jos sinceros homenajes de mí pobre corazón y a pediros remedio para mis necesidades y gracia para conseguir mi eterna salvación. ¿Dónde hallaré amparo más seguro, voluntad más decidida para socorrerme que en la amantísima Madre de los pecadores; que los amó hasta entregar por ellos a la muerte a su Santísimo Hijo y Salvador? ¿Quién acudió jamás a este piadoso Corazón que no fuese favorablemente acogido? Oíd, Madre mía, las súplicas que durante este mes logre dirigiros. Dad luz a mi entendimiento para conocer vuestras excelencias y prerrogativas; moved mi voluntad para seguir vuestros ejemplos é imitar vuestras virtudes, prended en mi corazón una centella siquiera del amoroso incendio con que se consumió el vuestro de caridad con Dios y con los hombres, y concededme aquella devoción hacia Vos que es prenda segura de salvación. Amén.
Se lee y medita lo propio de cada día del mes.
DÍA DÉCIMO CUARTO
MEDITACIÓN
El Corazón de María ante el rechazo de Israel
Lloró Jesucristo de compasión y ternura al ver a Jerusalén tan favorecida de Dios y tan ingrata a sus beneficios; y por cierto se ha de tener, aunque la Escritura no lo diga, que se condolió también muchas veces el piadoso Corazón de María al ver la ceguedad y dureza de ese pueblo, obstinado en rechazar su salud. Enterada la Virgen de cuanto pasaba respecto de su Hijo, es increíble el dolor que la afligía cuando llegaba a sus oídos alguna triste nueva inventada por la envidia farisaica, que le trataba de embaucador, amigo de pecadores y blasfemo; cuando conocía que el odio de los judíos contra su Hijo era tal, que habían jurado darle muerte. ¡Qué pena había de causar todo esto a su Corazón de Madre, que amaba tanto a Jesús y los hombres! Sienten mucho los corazones nobles la perfidia y la ingratitud, ¿cuánto no lo sentiría la Virgen? Recordaría las palabras de Simeón, y veía que, en efecto, Jesús estaba puesto para ruina de muchos en Israel, y que voluntariamente se despeñaban al abismo por su rebeldía y obstinación. Es el celo la flor de la caridad, la llama que sube más alta del fuego del amor. Y este celo y caridad no puede estar sin dolor cuando se ama mucho y no se ve el amor correspondido. Quien no se duele de que se pierdan las almas y se ofenda al Señor, no ama a Dios ni a los hombres. El celo de tu casa me ha devorado, decía David. ¿Cuál es mi celo? ¿Me abraso cuando veo que injurian a mi Señor o le blasfeman? ¿O permanezco insensible como si no me tocaran las injurias de mi Padre celestial?
¡Oh Corazón de María, afligido a vista de la ingratitud de tu pueblo! Aviva en mí el celo de la honra y gloria de Dios, y dame lágrimas para llorar los males de mi patria.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS.
ASPIRACIONES
¡Corazón lucidísimo de María! Alumbradme.
¡Corazón purísimo de María! Limpiadme.
¡Corazón hermosísimo de María! Atraedme.
¡Corazón amorosísimo de María! Encendedme.
¡Corazón dulcísimo de María! Pacificadme.
¡Corazón afligidísimo de María! Compungidme.
¡Corazón fortísimo de María! Alentadme.
¡Corazón poderosísimo de María! Protegedme.
¡Corazón santísimo de María! En la hora tremenda de mi muerte y juicio, defendedme y mandadme ir a Vos.
Dulce Corazón de María, sed mi salvación.
ACTO DE REPARACIÓN ENSEÑANDO POR EL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y Os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él mismo es ofendido
y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Bajo vuestra protección nos acogemos,
santa Madre de Dios; no desechéis nuestras súplicas ni os olvidéis de nuestras necesidades, sino libradnos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y Madre nuestra. Amén.
“Corazón Inmaculado de María,
rogad por nosotros.”
100 días de indulgencia cada vez, Pío IX
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Indulgencias en la devoción al Inmaculado Corazón de María en el mes de agosto.
A los fieles que, en cualquier día del mes de agosto, rezan algunas preces o practican algún otro ejercicio de piedad en honor del Inmaculado Corazón de María, se les concede: indulgencia de cinco años, una vez.
A los que practican el mismo ejercicio durante todo el referido mes, se les concede indulgencia plenaria en las condiciones de costumbre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre. (S.C. del S. Oficio, 13 de marzo de 1913; S. Penitenciaría Apostólica, 2 de junio de 1935).