DÍA TRES
I.
Rosa guirnalda
1. Entre otras muchas especies de rosas que en
esta estación embellecen nuestros jardines, es una la rosa
guirnalda. Es pequeñita, es verdad, pero encierra en su
capullo ciento cincuenta hojas, y explota en ramilletes de veinte
y más flores juntas, y se nos presenta este rosal adornado con tal
abundancia de ramilletes, que sorprende y roba la vista del que le
contempla. Pero le falta el olor y no puede tenerse de por sí; pero si se
le presenta un círculo y cuidadosamente se le da dirección, le va
llenando, y nos ofrece una magnífica y hermosa guirnalda adornada con
millares de rosas.
II.
El amor hacia los prójimos
2 El amor de nosotros mismos y de los prójimos es
producido por el amor de Dios, depende de éste y procede de aquí. El
rosal guirnalda, no pudiendo subsistir ni tenerse en pie por sí solo,
corre el círculo del amor verdadero, puro, santo, casto, cual es el que
está en Dios, y procede de Dios hacia nosotros, y de aquí se extiende,
dentro del mismo círculo, hacia nuestros semejantes y a cuantas cosas
están a nuestra vista, y a nuestro servicio y uso.
Amamos en nosotros aquello mismo que Dios ama; y
lo que Dios ama en nosotros es la formación de su imagen. Nos amamos
con el mismo amor con que Dios nos ama, y con este mismo amor se nos manda
amar a nuestros prójimos, y cuantas cosas se nos presentan
amables. ¿Amas a Dios con el mismo amor con que Dios se ama a sí
mismo?
Si tu amor no es puro como lo es en su propio
elemento, será impuro cuanto amarás: no te amarás a ti mismo, y
perdida la regla y la forma del amor, tampoco amarás con amor puro y
santo a tus prójimos, y a las cosas que están a tu servicio, y serás
impuro.
III.
Amor de los prójimos en María
3. Al amor de María debe el mundo su salvación.
Nos vio perdidos, buscó un salvador y le encontró, y nos le ofreció
sacrificado sobre el ara de la cruz; y en este sacrificio Ella quiso ser
con su Hijo nuestra Corredentora. Por este amor mereció el título de Madre
común de todos los vivientes.
IV. La rosa guirnalda a María
4. ¿Tienes en orden el amor de ti mismo y de
cuantas cosas se mueven alrededor de ti? Medítalo bien.
Si quieres orden en el amor hacia las criaturas,
ordena tu amor para con Dios. Si amas alguna cosa sin orden a Dios,sin
Dios, fuera de Dios, y contra las órdenes de Dios, ese amor es una pasión
que destruye tus rosales todos. Busca el rosal y los ramilletes de la rosa
guirnalda, y si no le hallas, harás lo que los demás días: sin perder
tiempo marcha a encontrar a la hermosa y amable Jardinera, y
pídele plante ese rosal; y tú coopera, ayúdala con santas
resoluciones y buenos propósitos y dile…
Presentación
de la rosa guirnalda a María
ORACIÓN. Señora:
Yo me obligo, yo me comprometo, yo propongo amar bien, esto es, amar lo
que la ley me manda amar. Yo quiero amar lo que en mí y en mis prójimos, y
en las cosas que están a mi uso y servicio, Dios ama, y nada más. Lo
que Dios ama, yo amo; lo que Dios aborrece, yo aborrezco en mí, en mis
prójimos y en todas las demás criaturas. Aceptad, Señora, esta mi ofrenda, y
presentadla a vuestro Hijo, fortificad y proporcionad mis propósitos y
resoluciones.