DÍA VEINTICUATRO
I. Tomillo, romaní, menta, desmayo
1. Escógense para nuestros jardines ciertas plantas
que sirven para adornarles con su verdura y perfumarles con
su fragancia, tales son el tomillo, romaní y la menta. Son
plantas odoríferas, aromáticas y medicinales. Entre ellas póngase el
color morado de la flor desmayo y si no hay en todas éstas belleza
bastante, únanse en el ramillete a su cardinal la viola y, si se quiere,
con la reina de las flores la rosa, y tendremos una pieza completa en la
gran guirnalda.
II. La penitencia
2. Tomamos aquí la penitencia en toda la latitud de
su sentido: el arrepentimiento de una falta, la flagelación
y maceración de la carne con azotes y cilicios y con el látigo y el
freno de los trabajos mecánicos respectivos a cada una de las artes, la
mortificación de los sentidos, todo esto es representado por el tomillo,
romaní, mentas y otras yerbas fuertes que, pisadas y comprimidas y
plantadas en los senderones del jardín, dan su especial fragancia y son
medicina del alma y del cuerpo. No tienen belleza, les falta la flor,
pero póngase no muy lejos el desmayo y otras humildes, y si en sí todas
juntas no tienen mérito, unidas a su cardinal y a su reina, la caridad
y la templanza, las elevan a una esfera sublime y las constituyen en
las coronas en uno de sus adornos.
III. La penitencia en María
3. Esta virtud, en cuanto a ser el arrepentimiento de
una falta y la contrición de las culpas, no cupo en María;
pero ordenó todo cuanto tuvo de penible, de duro y de amargo a la
remisión de nuestros pecados.
IV. El ramillete a María
4. ¿Has pecado? Sin penitencia no te será
perdonado. Arrepiéntete de la culpa, y ármate para domar y sujetar
la carne. Arregla tus ejercicios de mortificación y de penitencia según
los consejos de tu confesor. ¿Has pecado? Ofrece a Dios una penitencia tal
cual su justicia te la exija. ¿Has pecado? Prepara tu corazón y
preséntale a la Madre de las misericordias dispuesto y resuelto a emprender la
penitencia más dura que haya hecho antes de ti cualquiera otro penitente;
dispuesto, digo, porque el pecado la reclama: dispuesto has de estar a
hacerla del modo y bajo la forma que te sea impuesta por el tribunal de
la Penitencia. Ofrece a María inocente, un corazón arrepentido y le
dirás:
Presentación del ramillete
ORACIÓN.
Señora:
Ahí van estas plantas y yerbas fuertes como señal del arrepentimiento de
mis culpas. Recibidlas, presentadlas a vuestro Hijo y alcanzadme el perdón
de todas ellas.