28 de febrero
SOBRE LA PUREZA DE MARÍA.
MEDITACIONES
DE LA OBRA
“VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO”
DEL P. NICOLÁS AVANCINI
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
28 de febrero
SOBRE LA PUREZA DE MARÍA.
PUNTO I. La pureza de corazón es aquella que no sufre en el alma mancha alguna de pecado, ya mortal, ya venial, la que reprime los hábitos y propensiones viciosas, la que generosamente aparta lejos de si los atractivos terrenos que nos hacen olvidar de Dios y nos conducen al mal. Esta pureza es la que produciendo la santidad del alma sirve de un preciosísimo ornamento al cuerpo. Nuestro deber es imitar en cuanto podamos esta pureza angelical y ¿por ventura lo hacemos?
PUNTO II. El ejemplar de la suma pureza considéralo en Jesús, que es el santo de los santos y la misma pureza. Todas sus inclinaciones, intenciones y acciones eran purísimas y dignas de la divinidad del Verbo que habitaba en ÉL, Jamás pudo encontrarse en Él algo que fuese digno de la más leve reprensión: ¿Quién de vosotros me argüirá de pecado (1)? Sólo lo puro y santo era digno de su amor. Desechaba las acciones que, aunque santas en el fondo, no obstante, en su intención y en su afecto eran menos puras. Amemos, pues, esta pureza que Cristo tanto amó.
PUNTO III. Si el candor y la sublimidad de tanta pureza te confunden, aprende de María el modo de imitarla en alguna manera. Es María espejo sin mancilla e imagen de su bondad (2). Toda hermosa por la presencia de todo bien, sin mancha por la ausencia de todo mal (3). El estudio de la pureza le hacía agradable la soledad, dulce el silencio, la oración una delicia. En esta escuela había aprendido a tener raros coloquios con los hombres y muy frecuentes con Dios y con los ángeles. Sigamos, pues, estas lecciones para conseguir esta pureza, pidiendo al mismo tiempo a esta siempre purísima Virgen su favor y llegaremos a ser bienaventurados, puesto que, limpios de corazón, veremos a Dios.
(1) Joan., 8. (2) Sap., 7. (3) S. Bonav.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS:
Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración… Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…
¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.