Meditación XXVI
Jesús en Nazaret trabaja
VIVA JESÚS!
Ó SEA
MEDITACIONES
SOBRE
LA INFANCIA Y VIDA OCULTA DE JESUCRISTO
San Enrique de Ossó, presbítero
Oración preparatoria
para antes de la meditación.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, en quien creo y espero, a quien adoro y amo con todo mi corazón y me pesa de haberos ofendido, por ser bondad infinita, a Vos consagro este cuarto de hora de oración para que me deis gracia eficaz para conocerme y conoceros, amaros siempre más que todos los corazones, y haceros amar por todos. ¡Oh Padre eterno, oh María Inmaculada! dadme a conocer a vuestro Hijo Jesús, señor san José y santa Teresa de Jesús, descubrid a mi alma los encantos y perfecciones de vuestro Jesús, para enamorarme de sus bondades y hermosura, y ser toda de Jesús ahora y siempre. Amén.
Composición de lugar.
Imagina que se te presenta el divino Niño Jesús bajo la forma agraciada de pastorcillo de las almas, que tiene en su mano la marca que dice: ¡Viva Jesús! Imagínate tú, su ovejuela, hasta hoy descarriada, postrada a sus pies, convertida y desengañada, y que le pides que te marque por suya y grabe en tu exterior, y en lo más íntimo del corazón: Viva Jesús mi amor: soy toda de Jesús mi Redentor.
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Meditación XXVI (para el jueves)
Jesús en Nazaret trabaja
Punto primero. El Niño Jesús, después de levantado de la cama, y ofrecidas todas sus obras al eterno Padre, se da sin perder tiempo al trabajo… Contempla al divino Niño…, al Señor del cielo y de la tierra…, a aquel que da el dominio a los reyes y los bienes a los ricos…, reducido a la humilde condición de artesano y carpintero… El Niño Dios aserrando y cepillando la madera… El Niño Dios barriendo… ¿Puede darse humildad más heroica?... ¿Y cuánto tiempo trabaja el Niño Jesús? Siempre y a todas horas, excepto solamente el tiempo que necesitaba para las necesidades naturales, y las horas que daba a la oración… Y ¿cómo se explica un trabajo tan continuo en el Hijo de Dios?... Es que quería darnos a entender la necesidad que tenemos de darnos al trabajo, para evitar la ociosidad, madre de los vicios y pecados… El Niño Dios suda y se afana para que tú recibas el jornal de su trabajo, y le imites y lo tomes por modelo en la virtud del trabajo… ¿Has correspondido, hija o hijo mío, a los deseos del buen Jesús?
¿Le has imitado? Fuera pereza, y a trabajar por Jesús.
Punto segundo. ¡Y cuántas horas has pasado, hija mía, en las diversiones mundanas… en conversaciones frívolas… en la ociosidad maldita! ¡Cuántas veces has desobedecido a tus padres, por no tomarte un poco de trabajo! ¡Cuántas veces te han ganado tus amigas en sus labores y faenas, por haber sido negligente y perezosa!... ¿Es eso seguir el ejemplo del Niño Jesús? No, sino que es más bien hacer burla de sus trabajos, ofendiendo su divina persona. Propón, pues, la enmienda…, sé laboriosa en todas ocasiones…, y así seguirás las pisadas del Niño Jesús…, le agradarás…, evitarás las tentaciones… y salvarás tu alma. Todo por Jesús.
Fruto. Trabajaré con todo ahínco por Jesús. Fuera pereza, y todo por Jesús.
Padre nuestro y la oración final.
Oración final para todos los días.
Os doy gracias, Jesús de mi corazón, por el conocimiento y amor de Vos que me habéis comunicado en este cuarto de hora de oración, y por los santos propósitos que me habéis inspirado para conoceros y amaros y haceros conocer y amar de otros corazones… Os lo ofrezco todo a vuestra mayor honra y gloria… ¡Oh Padre eterno! Por María, por José y Teresa de Jesús, dadme gracia para decir siempre con toda verdad: Viva Jesús mi amor; soy toda de Jesús en vida, en muerte y por toda la eternidad. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
San Enrique de Ossó, ruega por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.