viernes, 24 de enero de 2025

25. JESÚS EN NAZARET OBEDECE A SUS PADRES. San Enrique de Ossó

 

Meditación XXV

Jesús en Nazaret obedece a sus padres.

 

VIVA JESÚS!

Ó SEA

MEDITACIONES

SOBRE

LA INFANCIA Y VIDA OCULTA DE JESUCRISTO

San Enrique de Ossó, presbítero

 

Oración preparatoria

para antes de la meditación.

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, en quien creo y espero, a quien adoro y amo con todo mi corazón y me pesa de haberos ofendido, por ser bondad infinita, a Vos consagro este cuarto de hora de oración para que me deis gracia eficaz para conocerme y conoceros, amaros siempre más que todos los corazones, y haceros amar por todos. ¡Oh Padre eterno, oh María Inmaculada! dadme a conocer a vuestro Hijo Jesús, señor san José y santa Teresa de Jesús, descubrid a mi alma los encantos y perfecciones de vuestro Jesús, para enamorarme de sus bondades y hermosura, y ser toda de Jesús ahora y siempre. Amén.

 

Composición de lugar.

Imagina que se te presenta el divino Niño Jesús bajo la forma agraciada de pastorcillo de las almas, que tiene en su mano la marca que dice: ¡Viva Jesús! Imagínate tú, su ovejuela, hasta hoy descarriada, postrada a sus pies, convertida y desengañada, y que le pides que te marque por suya y grabe en tu exterior, y en lo más íntimo del corazón: Viva Jesús mi amor: soy toda de Jesús mi Redentor.

 

***

Meditación XXV

Jesús en Nazaret obedece a sus padres.

 

Punto primero. Es la obediencia, hija o hijo mío, una de las virtudes más necesarias para ser santa y salvar tu alma… Ningún obediente en el infierno, ningún desobediente en el cielo… Es la obediencia la madre y origen de todas las virtudes, la que ingiere y engendra en el alma todas las demás, y engendradas las conserva… todas las virtudes alcanzará el obediente, y cantará no una sino muchas victorias de sus enemigos… Por eso el Hijo de Dios se distinguió tanto en esta virtud, pues su vida y muerte no fueron sino un acto continuado de obediencia… Mírale sobre todo en Nazaret. Pasa allí veintitrés años ocupado en obedecer a María y a José. Les estaba obediente. He ahí el solo rasgo con que el Espíritu Santo nos traza toda la vida oculta de Jesús en Nazaret… Admírate de este prodigio. ¡El Hijo de Dios obedece sin replicar, al momento, a sus criaturas! ¡Él, a cuya voz tiemblan los ángeles, sujeto a la voz del hombre! Contempla  cómo por obediencia barre la tienda…, enciende la lumbre…, va a tomar agua…, abre y cierra el taller…, recoge las astillas de madera para el fuego…, trabaja ayudando a san José… ¡Oh pasmo!, ¡ver a un Dios que sirve de criado, que obedece! ¿Quién se excusará de obedecer? Solo el que no ame a Jesús, que no quiera ser de Jesús.

 

Punto segundo ¿Cómo cumples tú hija o hijo mío la virtud de la obediencia?, ¿imitas a Jesús?, ¿obedeces a tus padres y superiores, sin replicar, en seguida? o ¿eres de aquellas almas que de todo critican y solo obedecen por fuerza? Pues en esto conocerás qué espíritu te anima, si eres de Jesús o de Satanás. Jesús es maestro de obediencia; Satanás de desobediencia y rebelión. Si quieres ser de Jesús, hija o hijo mío, debes esmerarte, cueste lo que cueste, en la virtud de la obediencia: encontrarás trabajo y repugnancia en el cumplimiento de esta virtud, porque nuestra viciada naturaleza nos inclina siempre a hacer nuestra propia voluntad; mas debes vencerte a ti misma y ser obediente hasta la muerte, y si es necesario muerte de cruz como Jesús tu Dios y Señor: así cantarás victoria de ti misma y de todos tus enemigos, y harás a Jesús el sacrificio más costoso y que más estima, cual es el de tu propia voluntad; serás libre con la libertad de los hijos de Dios; serás santa y dichosa en esta vida y por toda la eternidad.

 

Fruto. Obedeceré por Jesús sin replicar y con prontitud.

 

Padre nuestro y la oración final.

 

Oración final para todos los días.

Os doy gracias, Jesús de mi corazón, por el conocimiento y amor de Vos que me habéis comunicado en este cuarto de hora de oración, y por los santos propósitos que me habéis inspirado para conoceros y amaros y haceros conocer y amar de otros corazones… Os lo ofrezco todo a vuestra mayor honra y gloria… ¡Oh Padre eterno! Por María, por José y Teresa de Jesús, dadme gracia para decir siempre con toda verdad: Viva Jesús mi amor; soy toda de Jesús en vida, en muerte y por toda la eternidad. Amén.

 

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

San Enrique de Ossó, ruega por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.