domingo, 19 de diciembre de 2021

4. Jornadas de la Virgen con san José a Belén. San Enrique de Ossó

CUARTA JORNADA

LAS JORNADAS DE LA VIRGEN CON SAN JOSÉ DESDE NAZARET A BELÉN

Con san Enrique de Ossó

 

 

Por la señal…

Oración al Niño Dios

Señor mío Jesucristo, Verbo eterno encarnado en las purísimas entrañas de la Virgen María, el amor que me tienes te ha hecho descender del seno del eterno Padre al seno de una Virgen, del seno de una Virgen a un pesebre, de un pesebre a una cruz, y de una cruz al sepulcro, para subirte otra vez al cielo. Ruégote por este tu infinito amor me perdones todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y vengas a morar en mi pecho y reclinar tu cabeza y descansar en él. No repares, divino Niño, que mi pecho haya sido cueva de basiliscos, pues he pecado; sino mira a los deseos de mi corazón y a las lágrimas de mis ojos, que te aclaman por su salvador y pretenden consolarte y acompañarte en estas jornadas de dolor, para merecer que Tú me acompañes con tu gracia en las jornadas de este miserable destierro hasta llegar a la última jornada de la gloria. Amén.

 

Oración a la Virgen Santísima

Virgen María, que estando encinta emprendéis con vuestro castísimo esposo san José las jornadas de Nazaret a Belén con suma pobreza y en el rigor del invierno, por cumplir con el mandato del César; os ruego, Madre clemente, admitáis mi ruin compañía, pues me ofrezco a acompañaros como criado, siervo y esclavo vuestro en tan penoso viaje. Mandad y disponed de mí y de todas mis cosas como cosa y posesión vuestra, porque mi mayor gusto y mi más constante anhelo es vivir y morir en vuestro servicio, ser vuestro paje y esclavo con mi padre y señor san José. Amén.

 

Oración a san José

Pacientísimo san José, esposo, ayuda y consolador de la Virgen María, reina de los cielos y Madre de Dios, en todos sus grandes trabajos, y muy especialmente en estas ocho jornadas; ruégoos humilde me concedáis piadoso el asociarme a vuestra compañía para regalar con vos a vuestra santísima esposa y Madre mía María. Mirad en qué puedo seros útil con mis servicios, pobres y cortos; pero no lo es el corazón, que desearía daros albergue en él por suplir el desamor y desvío de los hombres. Mandad, que vuestro siervo escucha… Tan solo os pido me alcancéis de Jesús y María el que sea feliz mi jornada del tiempo a la eternidad, y goce, por fin, de su compañía en la gloria. Amén.

 

Se lee el texto de cada día.

 

CUARTA JORNADA

De los campos de Samaría al pozo de Siquén

 

Composición de lugar. Contempla a María, tierna y delicada Virgen de diez y seis años, encinta del Hijo de Dios, montada sobre un jumentillo acompañada de san José, que le sirve de paje y guía, en lo más frío del invierno. Mira el camino, unas veces llano, otras montañoso, pero siempre escabroso y pesado por las nieves, lluvias, frío y viento. Contempla a san José cargado con el fardito de ropa del divino Infante, consolando a María y guiando el jumentillo del diestro por los pasos más seguros y veredas más suaves.

 

MEDITACIÓN

Contempla, alma mía, los nuevos trabajos de esta jornada, teniendo la Virgen que andar a pie muchos ratos, y san José con los pies descalzos y maltratados del frío y por la escabrosidad del camino… Mira a la reina de los ángeles, hincada de rodillas, lavando la camisita y los pañales de su hijito Jesús en la fuente de Jacob, pues conoció se le acercaba la hora del parto… Considera el fuego que abrasaba su corazón maternal al hacer este buen oficio, en obsequio del Hijo de Dios e hijo suyo, y los deseos encendidísimos en que se abrasaba por ver entre sus brazos al Verbo hecho carne por nuestro amor… Ofrécete a ayudarle en esta labor, para que descanse mejor de las fatigas del viaje, y pídele te bendiga y a todo el mundo.

 

Coloquios y súplicas

Yo te adoro y te amo, te alabo y te bendigo con todo mi corazón, Jesús, Hijo de Dios, encerrado en el seno de María, y te pido me inflames en tu amor. Y vos, oh Virgen purísima, disponed a mi alma para que aprenda de vos a servir a mi Dios con pureza de conciencia. Lavad y purificad mi alma y las telas de mi corazón, que tantas veces reciben al Hijo de Dios en la comunión. Y vos, glorioso patriarca, por los trabajos que sufristeis en esta jornada, alcanzadme un verdadero dolor de mis pecados, que limpie mi alma de toda culpa. Amén.

 

Obsequio. Con los brazos extendidos orarás a Jesús un rato, y le pedirás la bendición. Lo mismo harás en obsequio de María y san José.

 

Jaculatoria. Jesús, José y María, amparad siempre al que en vosotros confía.

 

Se termina con la siguiente oración:

 

FELICITACIÓN

AL NIÑO JESÚS RECIÉN NACIDO

Yo os felicito y doy la enhorabuena y os doy gracias infinitas, oh mi Niño Jesús, por haber venido al mundo a salvarnos del cautiverio del pecado, y a restablecer la paz entre Dios y los hombres. Yo os felicito, porque descendéis del cielo a un pesebre para abrirnos las puertas del cielo, cerradas por la culpa. Yo os felicito, alabo, honro y os glorifico, porque bajáis del cielo a la tierra, como buen Pastor, para guiarnos, ovejas descarriadas, a vuestro celestial aprisco. Yo os amo y os adoro, Niño Jesús mío, con todo mi corazón, y os doy cuanto tengo y valgo. ¿Qué más queréis de mí? ¡Oh! Yo sí quiero de vos, Niño adorado, que me deis como rico aguinaldo en vuestras Pascuas de Navidad una centella de aquel divino fuego que habéis venido a meter en la tierra, ya que no deseáis otra cosa sino que arda en vuestro amor.

¡Oh fuego que siempre ardes, abrásame!

¡Oh brasa de amor divino, enciéndeme!

¡Oh incendio e infierno de amor divino, consúmeme y mándame ir a Ti, vivir por Ti, suspirar por Ti y morir de amor por Ti! Amén, Jesús.

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.