miércoles, 26 de febrero de 2020

VUESTRAS ARMAS SON LOS AYUNOS, VUESTRA LUCHA ES LA HUMILDAD. San Jerónimo



MIERCOLES DE CENIZA
Comentario al Evangelio
He aquí que los días de ayuno están a las puertas. He aquí los días de ayuno, días de penitencia, días de purificación: alegrémonos y gocémonos ahora. Aquel hombre, que según dice el Evangelio, llevaba un frasco, sale de casa y va al Cenáculo. Vosotros, que vais a recibir el bautismo, preparaos ya del mismo modo para el día de mañana. Los que van a ir a la lucha, se preparan antes diligentemente. Comprueban si tienen el escudo, si tienen la espada, si tienen el asta, si tienen las saetas, si su caballo está a punto: para poder luchar, preparan antes la armadura. Vuestras armas son los ayunos, vuestra lucha es la humildad. Si alguno tiene algo contra otro, que le perdone, para que también él sea perdonado, pues nadie pensará venir al bautismo, para que se le perdonen los pecados, si él antes no perdona a su hermano. Por tanto, si tenéis algo contra un hermano, perdonadle, no digo si él tiene algo contra ti que te perdone, sino si tú tienes algo contra él, perdónale. Que seas perdonado por él o no lo seas, depende de él. Tú, por lo que a ti respecta, perdona, para que también a ti se te perdone.
Vas a acercarte al bautismo. ¡Dichoso tú, que vas a renacer en Cristo, a ser revestido de Cristo, a ser sepultado con Cristo, para resucitar con Él! Por ello, durante los próximos días, siguiendo un orden, escucharás la explicación de todo lo referente a los sacramentos de la iniciación.
De momento os he dicho esto ahora, para que sepáis que desde mañana mismo tenéis que trabajar al máximo. Dios omnipotente fortalezca vuestros corazones, os haga dignos de su lavacro, descienda a vosotros en el bautismo y santifique las aguas, para que seáis santificados vosotros. Nadie se acerque con la duda en su corazón, nadie diga: ¿crees que se me perdonan los pecados? A quien se acerca de este modo, no se le perdonan los pecados. Mejor es no acercarse, que hacerlo así, y sobre todo, vosotros que recibís el bautismo, para servir a Dios, estando en un monasterio.
San Jerónimo