MIERCOLES DE CENIZA
Comentario al Evangelio
He aquí que los
días de ayuno están a las puertas. He aquí los días de ayuno, días de
penitencia, días de purificación: alegrémonos y gocémonos ahora. Aquel hombre,
que según dice el Evangelio, llevaba un frasco, sale de casa y va al Cenáculo.
Vosotros, que vais a recibir el bautismo, preparaos ya del mismo modo para el
día de mañana. Los que van a ir a la lucha, se preparan antes diligentemente.
Comprueban si tienen el escudo, si tienen la espada, si tienen el asta, si
tienen las saetas, si su caballo está a punto: para poder luchar, preparan
antes la armadura. Vuestras armas son los ayunos, vuestra lucha es la humildad.
Si alguno tiene algo contra otro, que le perdone, para que también él sea
perdonado, pues nadie pensará venir al bautismo, para que se le perdonen los
pecados, si él antes no perdona a su hermano. Por tanto, si tenéis algo contra
un hermano, perdonadle, no digo si él tiene algo contra ti que te perdone, sino
si tú tienes algo contra él, perdónale. Que seas perdonado por él o no lo seas,
depende de él. Tú, por lo que a ti respecta, perdona, para que también a ti se
te perdone.
Vas a acercarte
al bautismo. ¡Dichoso tú, que vas a renacer en Cristo, a ser revestido de
Cristo, a ser sepultado con Cristo, para resucitar con Él! Por ello, durante
los próximos días, siguiendo un orden, escucharás la explicación de todo lo
referente a los sacramentos de la iniciación.
De momento os he
dicho esto ahora, para que sepáis que desde mañana mismo tenéis que trabajar al
máximo. Dios omnipotente fortalezca vuestros corazones, os haga dignos de su
lavacro, descienda a vosotros en el bautismo y santifique las aguas, para que
seáis santificados vosotros. Nadie se acerque con la duda en su corazón, nadie
diga: ¿crees que se me perdonan los pecados? A quien se acerca de este modo, no
se le perdonan los pecados. Mejor es no acercarse, que hacerlo así, y sobre
todo, vosotros que recibís el bautismo, para servir a Dios, estando en un
monasterio.
San Jerónimo