DOMINGO DE SEPTUAGÉSIMA
Forma Extraordinaria del Rito Romano
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El reino de los cielos
se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su
viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la
viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin
trabajo y les dijo: “Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido”.
Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: “¿Cómo es que
estáis aquí el día entero sin trabajar?”. Le respondieron: “Nadie nos ha
contratado”. Él les dijo: “Id también vosotros a mi viña”. Cuando oscureció, el
dueño dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando
por los últimos y acabando por los primeros”. Vinieron los del atardecer y
recibieron un denario cada uno. Cuando
llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también
recibieron un denario cada uno. Al
recibirlo se pusieron a protestar contra el amo: “Estos últimos han trabajado
solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el
peso del día y el bochorno”. Él replicó a uno de ellos: “Amigo, no te hago
ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este
último igual que a ti. ¿Es que no tengo
libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia
porque yo soy bueno?”. Así, los últimos
serán primeros y los primeros, últimos».
Mateo 20, 1-16COMENTARIOS AL EVANGELIO
Homilía de maitines EL SEÑOR NO HA DEJADO DE ENVIAR OPERARIOS. San Gregorio Papa
Benedicto XVI EL SER LLAMADOS ES LA PRIMERA RECOMPENSA
NECESIDAD DE LA ASCESIS. Homilía del Domingo de Septuagésima