lunes, 18 de abril de 2016

PECADO PERSONAL Y SOCIAL, PECADOS SOCIALES Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (nn. 117-118)


PECADO PERSONAL  Y SOCIAL, PECADOS SOCIALES
Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (nn. 117-118)
El misterio del pecado comporta una doble herida, la que el pecador abre en sí mismo y en su relación con el prójimo. Por ello se puede hablar de pecado personal y social. El pecado, en sentido verdadero y propio, es siempre un acto de la persona, porque es un acto de libertad de un hombre en particular, y no propiamente de un grupo o de una comunidad, pero cada pecado tienen también un carácter social porque por la unidad misteriosa del género humano repercute en cierta manera en los demás.
Esta consecuencia social de nuestros pecados personal se hace más manifiesta cuando nuestro pecado es una agresión directa al prójimo. Estos pecados, en particular, se califican como pecados sociales. Es social todo pecado cometido contra la justicia en las relaciones entre persona y persona, entre la persona y la comunidad, y entre la comunidad y la persona. Es social todo pecado contra los derechos de la persona humana, comenzando por el derecho a la vida, incluido el del no-nacido, o contra la integridad física de alguien; todo pecado contra la libertad de los demás, especialmente contra la libertad de creer en Dios y de adorarlo; todo pecado contra la dignidad y el honor del prójimo. Es social todo pecado contra el bien común y contra sus exigencias, en toda la amplia esfera de los derechos y deberes de los ciudadanos. En fin, es social el pecado que se refiere a las relaciones entre las distintas comunidades humanas en contra de la justicia, libertad y paz entre los individuos, los grupos y los pueblos.