Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Se hace hoy memoria del beato Manuel González García, obispo
sucesivamente de Málaga y de Palencia, que fue un pastor eximio según el corazón
del Señor. Promovió el culto a la Sagrada Eucaristía y fundó la Congregación de
las Hermanas Misioneras de Nazaret (1940). Con algunos de sus pensamientos,
meditamos el rosario de hoy.
Señor
mío Jesucristo…
MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas
purísimas de la Virgen María.
“Madre
querida, que mi alma sea sagrario en el que se quede Jesús.”
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa
Isabel.
“Madre
sacerdotal, que en la Visitación llevas a tu Jesús con prisa, que la prisa de
llevarlo a los que lo necesitan no deje vivir quietos a tus sacerdotes.”
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“Cada
vez que paso junto a un Sagrario, los ángeles que en torno de él revolotean y
adoran podrían cantarme como en la Nochebuena: ¡Gran alegría! ¡El Salvador os
ha nacido! En realidad, para los cristianos que gozamos del Sagrario perpetuo,
siempre es Nochebuena y por consiguiente Pascua ¡hasta con sus aguinaldos!
¡Aguinaldos! Es la palabra de los días de Navidad.”
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del
Niño Jesús en el templo
"Mira,
sacerdote mío, despreocúpate tú de la sugestión del número y preocúpate más de
la calidad. Más que llenarme de gente mis iglesias, preocúpate en llenármela de
buen olor de Comuniones fervorosas, de adoraciones rendidas, de suspiros de
amor, de aspiraciones de esperanza, de inspiraciones de fe, de oraciones bien
rezadas, de lágrimas de pecadores, de propósitos eficaces de enmienda, de vida
intensamente eucarística."
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
“Jesús
en el Sagrario está callado, se ha obligado a perpetuo silencio. Y no obstante
lo riguroso e impenetrable de éste, cualquiera que tenga oídos y se acerque a
las puertas de los Sagrarios que se ha buscado para vivir en la tierra
Sacramentado, oirá que del fondo de ellos surge a modo de suspiro, que las más
de las veces suena a grito de angustia, el ¡TENGO SED! de su última hora de
Cruz.”