miércoles, 27 de enero de 2016

EL CUARTO DE HORA. Oración para comenzar y terminar. San Enrique de Osso




EL CUARTO DE HORA. 
Oración para comenzar y terminar. 
San Enrique de Osso
San Enrique de Ossó, gran conocedor de la espiritualidad teresiana, sintió la necesidad de extender el carisma de Teresa de Jesús, que no es otro que el de la oración. Y enseñó a orar a la gente sencilla, a los niños, a los jóvenes, al pueblo de Dios, mediante una fórmula que hizo época: “Dadme un cuarto de hora de oración diaria y os prometo el cielo”. Para el comienzo del cuarto de hora de oración, san Enrique de Ossó escribió la siguiente oración preparatoria:
    “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorisísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho este “cuarto de hora de oración” que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Para después de la meditación podrás decir con toda pausa y fervor la siguiente:
    Oración. Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración… Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra... ¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, Por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amén.”