ABRE LOS TESOROS DE TU MISERICORDIA. Oración de San Ildefonso de ToledoOh Dios de todas las virtudes, oh Dios de todas las criaturas, oh Dios hacedor de todo, oh Dios de todas las maravillas, en todos tus milagros, en todas tus señales, en todas tus maravillas, en todas tus grandes cosas, esta obra, este hecho, esta realidad, abre los tesoros de la tu misericordia, demuestra los secretos de tu piedad, abre las riquezas de tu indulgencia, deja correr los ríos de tu clemencia, para mi salvación y la del mundo, para mi redención y la del mundo, para mi justificación y la del mundo, para mi liberación y la del mundo.
Tú lo hiciste admirable, son ponderación suficiente de palabras, lo hiciste singular, sin ejemplo alguno, lo formaste sin posibilidad de comparación o semejanza, lo realizaste sin que haya nada en la vida que se pueda comparar, lo llevaste a cabo sin que el entendimiento humano lo pueda comprender; perdurable sin olvido, estable sin defecto, continuo sin interrupción y laudable sin fin.
Por lo cual se separó el error, se quitó la tristeza y se borró el pecado; por lo cual en verdad se destrozó la muerte, se confirió la saluda y se concedió la vida; por lo cual se abrió el cielo, se prometió el reino de los cielos y encontramos la via de alcanzarlo; por lo cual hallamos el camino de conseguir la verdad, alcanzamos la vida del descanso y conseguiremos la visión eterna de tu dulcedumbre.
Y esto ahora, al punto, en el presente, en este lugar, en este sitio, en este momento, en este tiempo y siempre, en todos los siglos de los siglos. (245-265)
Tú lo hiciste admirable, son ponderación suficiente de palabras, lo hiciste singular, sin ejemplo alguno, lo formaste sin posibilidad de comparación o semejanza, lo realizaste sin que haya nada en la vida que se pueda comparar, lo llevaste a cabo sin que el entendimiento humano lo pueda comprender; perdurable sin olvido, estable sin defecto, continuo sin interrupción y laudable sin fin.
Por lo cual se separó el error, se quitó la tristeza y se borró el pecado; por lo cual en verdad se destrozó la muerte, se confirió la saluda y se concedió la vida; por lo cual se abrió el cielo, se prometió el reino de los cielos y encontramos la via de alcanzarlo; por lo cual hallamos el camino de conseguir la verdad, alcanzamos la vida del descanso y conseguiremos la visión eterna de tu dulcedumbre.
Y esto ahora, al punto, en el presente, en este lugar, en este sitio, en este momento, en este tiempo y siempre, en todos los siglos de los siglos. (245-265)