BÉSEME CON EL
BESO DE SU BOCA
"Béseme con el beso de su boca".
¡Oh, Señor mío y Dios mío, y qué palabra es ésta para que la diga un gusano a
su Creador!... ¿Quién osará, Rey mío, decir esta palabra, si no fuera con
vuestra licencia? Es cosa que espanta, y así espantará decir yo que la diga
nadie. Dirán que soy ignorante, que no quiere decir esto, que tiene muchos
significados, que está claro que no habíamos de decir esta palabra a Dios, que
por eso no conviene que las gentes sencillas lean estas cosas. Yo confieso que
tiene muchos sentidos; mas el alma que está abrasada de amor, tanto que la
desatina, no quiere ningún otro, sino decir estas palabras literalmente; sí,
que no se lo quita el Señor (Mdt C 1, 11).