INVOCACIÓN AL APÓSTOL SANTIAGO.
Oración del Beato Narciso de Estenga
Santiago y cierra España. Que la cierres a tantas víboras ponzoñosas, a quienes no aprovecha el dolor de tardíos desengaños y cuya vida es ansias y desesperación, higueras estériles de pomposas hojas, cizaña que amarillea alborotando a la miés dorada. Santiago y cierra España dándonos la paz de los Cielos, la paz abundosa, el remedio y nuestro mayor bien, que sería el que todos viviéramos con un solo corazón forjado en el amor de todos los corazones españoles. ¿Por qué otra cosa? Cuando la Patria lo demanda todos somos soldados para defender nuestra bandera, porque todos somos hijos que defender debemos nuestra madre. Cuando el ara sacrosanta de los altares lo pide y lo exige no ha de haber ni sacerdotes ni soldados, porque somos todos cristianos, como lo fueron nuestros benditos padres, como siempre lo fue nuestra bendita madre, la Patria española.
¡Oh glorioso Apóstol Santiago, luz de España y guiador y amparador nuestro en las seculares luchas contra la morisma! Sal a recibirnos a la puerta del Cielo, cuando como buenos cristianos allí vallamos. Ármanos a la entrada Caballeros de la Bienaventuranza con el espaldarazo sólo debido al varón fuerte, que pelea sin desmayo. Cíñenos la espada, que para nosotros no será ya sino recuerdo de pretéritas hazañas. Dános el estrecho abrazo de amigos y cálzanos las espuelas, aquellas dos grandes alas de la visión bienaventurada y del amor inacabable, con las que hemos de cabalgar por los anchurosos Cielos. Vístenos luego el manto blanco, que no tenga otra mancilla que nuestra sangre vertida en las horas del sacrificio y del dolor, y acaba tu obra, ¡oh glorioso Apóstol!, cercando esta Cruz, que ostentamos sobre nuestro pecho con los laureles que en la bienaventuranza no hiere ni herir puede el rayo de la venganza ni la carcoma de la villanía.
INVOCACIÓN AL APÓSTOL SANTIAGO, 25 DE JULIO DE 1934
BEATO NARCISO DE ESTENAGA Y ECHEVARRIA,
OBISPO-PRIOR DE LAS ORDENES MILITARES ESPAÑOLAS