NO DEJARÉIS DE
CONOCER DÓNDE ESTÁ ESTE AMOR
Así que no dejaréis de conocer dónde está
este amor, ni sé cómo se puede ocultar; pues no se puede ocultar si un
hombrecillo y una mujercilla se aman, y cuanto más intentan ocultarlo más se
descubre, aunque este amor se centra en un gusano, y ni merece el nombre de
amor, porque se funda en nonada, y da asco poner esta comparación, ¿y se podría
encubrir un amor tan fuerte, tan justo, que siempre va creciendo, pues todo lo
que ve en Dios es digno de amor, y fundamentado sobre tal cimiento como es ser
pagado con otro amor, del que no puede dudar por haber sido demostrado tan a
las claras, con tan grandes y sufrimientos y derramamiento de sangre, hasta dar
la vida, para que no nos quedase ninguna duda de este amor? ¡Oh, válgame Dios, qué
diferente debe de ser un amor del otro, para quien lo ha experimentado! (C 40,
7).