VIII DOMINGO DESPUÉS
DE PENTECOSTÉS
FORMA
EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
En aquel tiempo: Dijo Jesús
a sus discípulos esta parábola: Érase un hombre rico, que tenía un mayordomo, y
éste le fue acusado como dilapidador de sus bienes. Llamóle, pues, y le dijo
¿Qué es esto que oigo de ti? Rinde cuentas de tu gestión; en
adelante ya no podrás ser mi mayordomo. Entonces el mayordomo se dijo: ¿Qué
haré, pues mi señor me quita la gerencia? Para cavar no valgo, mendigar me
causa vergüenza. Mas ya sé lo que he de hacer, para que, una vez removido de mi
gerencia, halle quienes me reciban en su casa. Llamó, pues, a cada uno de los
deudores de su amo; y dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi señor? Y éste le
respondió: Cien barriles de aceite. Díjole: Toma tu escritura; siéntate luego,
y escribe cincuenta. Después dijo a otro: ¿Y tú, cuánto debes? Y él respondió:
Cien cargas de trigo. Díjole: Toma tu obligación y escribe ochenta. Y alabó el
amo a este mayordomo infiel por su previsión, porque los hijos de este siglo
son en sus negocios más sagaces que los hijos de la luz. Así os digo yo a
vosotros: Haceos amigos con el inicuo dinero para que cuando él os faltare,
aquellos os reciban en las eternas moradas.
Lc 16, 1-9