Santo Rosario.
Por la señal...
Monición inicial: Se hace hoy
memoria de San Pedro, de sobrenombre “Crisólogo”, obispo de Ravena
y doctor de la Iglesia, que, desempeñó su oficio tan perfectamente que
consiguió capturar a multitudes en la red de su celestial doctrina, saciándolas
con la dulzura de su palabra. Recomendaba mucho la comunión frecuente y
exhortaba a sus oyentes a convertir la Sagrada Eucaristía en su alimento de
todas las semanas. Ante el misterio de la Virgen Inmaculada decía: Ave
llena de gracia. Esta gracia es la que dio gloria al cielo. Dios a los hombres,
fe a los paganos, fin a los vicios, orden a la vida y a las costumbres.
Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS
LUMINOSOS
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
“Venga tu reino. ¿Es que acaso no reina?
Aquí pedimos que, reinando siempre de su parte, reine en nosotros de modo
que podamos reinar en Él. Hasta ahora ha imperado el diablo, el
pecado, la muerte, y la mortalidad fue esclava durante largo tiempo.
Pidamos, pues, que reinando Dios, perezca el demonio, desaparezca el
pecado, muera la muerte, sea hecha prisionera la cautividad, y nosotros
podamos reinar libres en la vida eterna.”
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
“La fuerza del amor no mide las posibilidades.
Ignora las fronteras. El amor no discierne, no reflexiona, no conoce razones.
El amor no se resigna ante la imposibilidad, no se intimida ante ninguna
dificultad.”
3.- El anuncio del Reino invitando a la
conversión.
“Tenemos una condición dura y digna de ser
llorada: la innata fragilidad nos incita a pecar y la vergüenza, pariente
del pecado, nos prohíbe confesarlo. No nos avergüenza obrar lo que es
malo, pero sí confesarlo.”
4.-La Transfiguración del Señor
“El amor engendra el deseo, se crece con
el ardor y, por el ardor, tiende a lo inalcanzable. ¿Y qué más? El amor no
puede quedarse sin ver lo que ama: por eso lo santos tuvieron en poco todos sus
merecimientos, si no iban a poder ver a Dios. Moisés se atreve por ello a
decir: Si he obtenido tu favor, enséñame tu gloria.”
5.- La institución de la Eucaristía
“Ponderen los cristianos,
que cada día tocan el Cuerpo de Cristo, qué medicina pueden recibir de ese
mismo cuerpo, si una mujer recobró completamente la salud con sólo tocar la
orla del manto de Cristo.”