domingo, 26 de julio de 2015

EL AMOR PROFUNDO DE JESÚS POR JERUSALÉN


COMENTARIO AL EVANGELIO
IX DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTÉS
FORMA EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
En estas frases se manifiesta ante todo el amor profundo de Jesús por Jerusalén, su lucha apasionada para lograr el "sí" de la Ciudad Santa al mensaje que Él ha de transmitir, y con el cual se pone en la gran línea de los mensajeros de Dios en la historia precedente de la salvación. La imagen de la gallina protectora y preocupada proviene del Antiguo Testamento: Dios “encontró [a su pueblo] en tierra desierta... Y le envuelve, le sustenta, le cuida como a la niña de sus ojos. Como uno que vela por su nidada, revolotea sobre sus polluelos, así despliega él sus alas y le toma, lo lleva sobre sus plumas”. Al lado de este texto puede ponerse la hermosa expresión del Salmo 36,8: "¡Qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios! Los hombres se acogen a la sombra de tus alas". Jesús aplica aquí la bondad poderosa de Dios mismo a su propio obrar y a su intento de atraer a la gente. No obstante, esta bondad que protege a Jerusalén con las alas desplegadas se dirige al libre albedrío de los polluelos, y éstos la rechazan: "Pero no habéis querido".

Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, Jesús de Nazaret, segunda parte, p. 13.