CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN
EN EL ESPÍRITU DE SANTA TERESA DE JESUS
Virgen María, Madre de Dios y Reina de los Ángeles, a imitación de Santa Teresa de Jesús cuando perdió a su madre, afligido por el peso de mis pecados y cargado de sufrimientos y penas, me pongo de rodillas delante de tu imagen y te suplico, con muchas lágrimas en mi corazón, que seas mi madre. Acoge este acto de consagración que, con simpleza, confío en que me ha valido; y te halle a ti, Virgen soberana, muy claramente en todo cuanto te encomiende, y así, al fin, me reconquistes para tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo. (V 1, 7).