Meditación XXIV
Jesús en Nazaret ora
VIVA JESÚS!
Ó SEA
MEDITACIONES
SOBRE
LA INFANCIA Y VIDA OCULTA DE JESUCRISTO
San Enrique de Ossó, presbítero
Oración preparatoria
para antes de la meditación.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, en quien creo y espero, a quien adoro y amo con todo mi corazón y me pesa de haberos ofendido, por ser bondad infinita, a Vos consagro este cuarto de hora de oración para que me deis gracia eficaz para conocerme y conoceros, amaros siempre más que todos los corazones, y haceros amar por todos. ¡Oh Padre eterno, oh María Inmaculada! dadme a conocer a vuestro Hijo Jesús, señor san José y santa Teresa de Jesús, descubrid a mi alma los encantos y perfecciones de vuestro Jesús, para enamorarme de sus bondades y hermosura, y ser toda de Jesús ahora y siempre. Amén.
Composición de lugar.
Imagina que se te presenta el divino Niño Jesús bajo la forma agraciada de pastorcillo de las almas, que tiene en su mano la marca que dice: ¡Viva Jesús! Imagínate tú, su ovejuela, hasta hoy descarriada, postrada a sus pies, convertida y desengañada, y que le pides que te marque por suya y grabe en tu exterior, y en lo más íntimo del corazón: Viva Jesús mi amor: soy toda de Jesús mi Redentor.
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Oración final para todos los días.
Os doy gracias, Jesús de mi corazón, por el conocimiento y amor de Vos que me habéis comunicado en este cuarto de hora de oración, y por los santos propósitos que me habéis inspirado para conoceros y amaros y haceros conocer y amar de otros corazones… Os lo ofrezco todo a vuestra mayor honra y gloria… ¡Oh Padre eterno! Por María, por José y Teresa de Jesús, dadme gracia para decir siempre con toda verdad: Viva Jesús mi amor; soy toda de Jesús en vida, en muerte y por toda la eternidad. Amén.
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Meditación XXIV
Jesús en Nazaret ora
Punto primero. La vida oculta de Jesús en Nazaret desde la edad de siete años hasta los treinta debe ser, hija o hijo mío, uno de los asuntos que con más frecuencia has de meditar. El taller de Nazaret debe ser la escuela que frecuentes todos los días para aprender alguna lección de vida eterna del Hijo de Dios. Aquí lo hallarás de tu edad y ocupado en las tareas más ordinarias de la vida, dándote ejemplos de todas las virtudes, pero especialmente de tres. Jesús en Nazaret ora, Jesús obedece, Jesús trabaja, y con esto se santifica. Imítale, pues, con preferencia en estas tres virtudes, y como Jesús crecerás en edad, sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres. Atiende la primera lección que Jesús te da en Nazaret: Jesús ora, hija o hijo mío. Contempla al buen Jesús dulcemente ocupado en la oración a su Padre celestial en la humilde casa de Nazaret. Era Dios, y no necesitaba para sí ninguna cosa; pero para darte ejemplo empleaba muchas horas, noches enteras, en la oración, que es el camino que conduce al cielo y la puerta que abre los tesoros de Dios. Mientras trabajaba de carpintero, cuando cumplía las órdenes de sus padres, de día, de noche, a todas horas, Jesús ora a su eterno Padre sin que le sirvan de estorbo sus ocupaciones, porque sabía todas ordenarlas a la mayor gloria de Dios. ¿Imitas a Jesús en esta virtud, hija o hijo mío? En medio del trabajo ¿sabes también orar como Jesús? ¿Sabes al menos hacer tu cuartito de hora de oración en soledad, sin dejarlo por ningún pretexto? Si así lo hicieres, hija o hijo mío, y fuese tu mejor rato el de la oración, ¡ah!,
¡qué consuelo experimentarías, y cuán sabroso sería para tu corazón el amor de Jesús! Jesús, que es tu Maestro en la oración, tampoco se comunica a las almas sino por medio de ella. Ora, pues, y serás toda de Jesús.
Punto segundo. Reflexiona ahora tú, hija o hijo mío, sobre la conducta de Jesús nuestro bien, y haz una aplicación a la tuya. Jesús emplea todo el tiempo orando, y sin necesidad de ti ora por ti continuamente… Y tú, necesitando de Jesús, ¿no te determinarás a orar por algún tiempo, a lo menos un cuarto de hora al día, para asegurar tu salvación? ¿Te excusas quizás que no sabes orar? ¡Ah! Es tan fácil la oración, que nada vale esta excusa… ¿Te excusas con tus ocupaciones? Jesús ora en medio de las rudas faenas del taller… ¿No tienes tiempo? Jesús ora todo en todo tiempo; Jesús, en una palabra, te enseña a orar en todo lugar, ocasión y tiempo. Ora, pues, hija o hijo mío, y vencerás a todos tus enemigos… Ora, y adquirirás todas las virtudes… Ora, y serás toda de Jesús… Ora, y serás santa e irás a ver a Jesús en el cielo… El que ora se salva, el que no ora, se condena… Ten por tiempo perdido el que no emplees en la oración. Hazte en tu corazón un oratorio, y allí en medio de las ocupaciones de la vida retírate de vez en cuando a amar, adorar y acariciar a tu Jesús. Nadie puede estorbártelo si quieres, porque nadie puede penetrar en tu corazón.
¡Oh Madre mía de mi alma, santa Teresa de Jesús! Enseñadme oración, dadme perseverancia en la oración, pues quiero ser toda de Jesús e imitaros en la práctica de la oración.
Fruto. Cueste lo que cueste, más que se hunda el mundo, no dejaré pasar ningún día sin hacer por lo menos un cuarto de hora de oración. Viva Jesús. U orar o morir.
Padre nuestro y la oración final.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
San Enrique de Ossó, ruega por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.