domingo, 5 de noviembre de 2023

DÍA 6. EL PURGATORIO, ADVERTENCIA CONTINUA DE LA VIDA

DÍA 6

EL PURGATORIO, ADVERTENCIA CONTINUA DE LA VIDA

 

MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA

Y PERFECCIÓN DE LA VIDA

A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS

D. Felix Sardá y Salvany

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.

 

Meditación diaria

DIA 6

EL PURGATORIO, ADVERTENCIA CONTINUA DE LA VIDA

 

I

Es saludable y provechosísima la creencia en el Purgatorio, por lo que puede y debe servir de advertimiento continuo a nuestra vida, para llevarla, en cuanto es posible a la humana fragilidad, correcta. y arreglada. El Purgatorio, en efecto, nos está constantemente trayendo a la memoria cuán seria ha de ser para nosotros la cuenta que hemos de dar a Dios, ya que, por faltas y deudas, de las que no hacemos al parecer caso alguno, se nos exige en la otra vida tal satisfacción y se nos impone tan severo castigo. Aquí se nos intima la necesidad de pararse en minuciosidades, que si lo son a nuestros ojos no lo habrán de ser a la justicia divina, según el rigor con que las ha de tratar en su terrible tribunal. Aquella palabra del Evangelio de que hemos de rendir cuentas al Divino Liquidador usque ad ultimum quadrantem, «hasta el postrer céntimo», nos enseña que nada hay despreciable y nada habrá de quedar olvidado en ese supremo ajuste, y cuán fácil es que aun conciencias que se reputaron aquí muy delicadas aparezcan allí deficientes y en descubierto. La severidad de las ordenanzas de una autoridad se reconoce por la de las penas que ha señalado a cada una de las infracciones. Aquí el Purgatorio enseña cuán relativamente graves sean ante Dios las faltas que aquí llamamos relativamente leves, sólo en comparación de otras mayores; y cuán precavidos hemos de andar contra ellas para no cometerlas, y cuán recelosos de las mismas si por acaso las hubiésemos ya cometido.

 

II

Dadme, ¡oh, buen Jesús! esta delicada susceptibilidad, que me haga temer siempre y a todas horas cuanto pueda ser desagradable a vuestros purísimos ojos, aunque a los míos pudiese tal vez haberse presentado como de poca importancia o gravedad. Así me lo está advirtiendo continuamente el rigor con que lo miráis y tratáis en la otra vida, y lo castigáis en almas que por otra parte os son amigas y esposas, y miráis como predestinadas a vuestra posesión y goce. Tenga yo esa delicadeza y santa circunspección, que me las haga juzgar ya desde ahora como entonces las juzgaréis Vos, para desde ahora ya aborrecerlas y expiarlas como siempre las habéis Vos aborrecido y querréis hacérmelas expiar entonces. Para conseguirlo, en este día invoco el recuerdo de aquellas atroces injurias que padecisteis en vuestro prendimiento en el huerto de Getsemaní y conducción a casa de Anás, donde fuisteis por vez primera presentado al Consejo de vuestros enemigos y por ellos interrogado, y por un criado vil afrentado con horrible bofetada. ¡Oh Majestad de mi Dios, ultrajada por el hombre con tan afrentoso vilipendio! ¡Cómo no se secó para siempre aquella mano insolente que osó herir la mejilla del Hijo de Dios! Pero ¿cómo no reflexiono yo que a tal Majestad ofendo y avergüenzo, cuando contra su honra me atrevo a tan insolentes bofetadas como son mis diarias culpas, aunque tal vez las repute insignificantes ligerezas mi desconsideración? ¡Oh, que sólo por ser contra Vos y en desdoro de Vos, habría bastante para que se levantasen a castigármelas todos los Ángeles del cielo y todas las criaturas de la tierra! Haced me enseñe a conocerlas y a corregirlas, la memoria de vuestros padecimientos en casa de Anás, y la de las penas con qué habréis de exigirme satisfacción por ellas en el Purgatorio. Amén.

 

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.

***

En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:

5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.

 

Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.

Requiescant in pace. Amen.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.