sábado, 11 de noviembre de 2023

DÍA 12. EL PURGATORIO Y LA PEREZA ESPIRITUAL

DÍA 12

EL PURGATORIO Y LA PEREZA ESPIRITUAL

MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA

Y PERFECCIÓN DE LA VIDA

A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS

D. Felix Sardá y Salvany

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.

 

DIA 12

EL PURGATORIO,

Y LA PEREZA ESPIRITUAL

 

I

Fuente y raíz de innumerables faltas en muchas almas es la pereza en el bien obrar y en emprender trabajos de celo en honra de Nuestro Señor; cierta como desgana y sopor del espíritu que se halla bien con no hacer nada, pareciéndole que cumple ya lo bastante cuando positivamente no quebranta la divina ley en materia de alguna importancia. 'I1al estado del alma se llama tibieza, que es lo opuesto al fervor, como al verdadero amor son opuestas la inercia y la indiferencia. El Purgatorio se llena con esas almas, ni frías ni calientes, que el sagrado Texto dice con frase muy gráfica que le producen náuseas y asco a Nuestro Señor. Los cauterios del fuego expiador son merecido castigo de esas flojedades y letargos, inconcebibles en quien dice amar a Dios sobre todas las cosas y hallarse dispuesto a dejarlas todas antes que olvidar ese primer mandamiento. ¿Qué han de merecer sino los braseros del Purgatorio la mayor parte de mis actos de piedad, perezosos, decaídos, enfermizos, indignos por su languidez de la majestad soberana del Señor a quien se ofrecen, y de la noble condición del cristiano. que no debe servirle sino en espíritu y en verdad? ¿Qué cosa hay más parecida al desamor que ese adormecido amor que carece de toda actividad e iniciativa? ¡Y cuánto hay de eso en mi vida infelizmente perezosa y descuidada! ¡Y cuánta deuda llevo con ello, que probablemente no podré pagar sino en el Purgatorio!

 

II

¡Oh, Señor y Jesús mío, que, llevado otra vez a Pilatos, sufristeis de este juez, apocado y enemigo de toda firme resolución, la ignominia de ser comparado al facineroso Barrabás, de ser propuesto como en turno y competencia con él, y de ser tenido en menos que él por la muchedumbre ingrata a vuestras bondades! ¡Cómo lastimarían vuestro Corazón, de tan nobles y generosos sentimientos, la vileza y deshonor de tan oprobioso paralelo y de tan ignominiosa preferencia! Pero ¿qué ha sido mi vida tibia y desamorada sino un continuo posponeros a mis bajas y rastreras negligencias? Y ¿por dónde van al Purgatorio tantas y tantas almas sino por esos caminos de la espiritual languidez, que no se resuelve por amor de Vos al menor sacrificio de sus inercias y perezas? Y ¿para quién se han de encender más abrasadores los fuegos del Purgatorio, que para los tibios y negligentes, que no supieron o no quisieron encenderse en los de vuestra ardiente caridad? Compadeceos, Señor, de mi pobre alma, que tal vez languidece caída y marchita, insensible a los estímulos del amor, con que le está de continuo espoleando vuestra santa gracia. Y a las que en el Purgatorio padecen entre otros tormentos la sed y hambre de Vos, por no haber hecho de Vos y de las obras de vuestro servicio el caso que debían durante su vida mortal, aplicadles, como sufragio que por ellas ofrezco en este día, las hondas aflicciones de vuestro Corazón Sagrado, al veros comparado y pospuesto al infame malhechor. Amén.

 

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.

***

En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:

5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.

 

Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.

Requiescant in pace. Amen.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.